AMN/22-09-21
Los viveros municipales de Aranjuez y Sopocachi tienen una producción anual de más de dos millones de plantines para embellecer los jardines de la ciudad y espacios privados, entre los que se destacan cubresuelos, especies florales arbustivas, forestales.
“Aranjuez tiene una producción de plantines que va por los dos millones anuales dependiendo de las especies de mayor demanda. Sopocachi tiene una capacidad de producción de 120.000 plantas”, dijo el jefe de Unidad de Investigación y Producción Agroforestal de la Empresa Municipal de Áreas Verdes Parques y Forestación (Emaverde), Sergio Zambrana.
El vivero de Sopocachi está ubicado en las instalaciones de Emaverde, en la calle Francisco Bedregal de Sopocachi. Tiene una superficie de 1.700 m2 y se caracteriza por producir especies arbustivas y forestales como las kiswaras, ch’acatea, sauces, tara, queñuas, mutu mutu, ricino y molle. En especies exóticas encontramos al álamo, acacia, fresno, ceibo, cipres, eucalipto gunny.
El vivero de Aranjuez está situado al lado del parque Bartolina Sisa, en la zona Amor de Dios, en el ingreso a Mallasa. Tiene una extensión de tres hectáreas y se destaca por la producción de plantas forestales, florales y cubresuelos como: ajugas, lechuguinos, pasto bicolor, pasto alfombra. Entre las arbustivas florales están el geranio, lavanda, pelargonio, verónica.
En este espacio, dijo Zambrana, se produce “el mayor porcentaje de flores que día a día se planta en las diferentes áreas verdes de la ciudad”. En su interior cuenta con lugares de acopio de sustrato, platabandas (porción alargada destinada al cultivo de flores), pasillos, almacigueras (lugar físico donde se siembra almácigo), dos invernaderos para producir de plantines, un área de exposición de plantas y las infraestructuras de las oficinas.
El jefe de Emaverde explicó que las especies de los viveros tienen una reacción de resistencia a la variedad de clima de La Paz. “Sopocachi, por ejemplo, está a una determinada altura y Aranjuez a otra, lo que se ha hecho con las plantas es domesticarlas a los cambios de la ciudad, es por eso que nuestra producción de plantines es garantizada”.
Zambrana puso como ejemplo a plantas como el pensamiento, bocaisapo y las gasanias que son resistentes a La Paz a pesar de ser de climas cálidos, se adaptaron a los cambios y condiciones de la urbe paceña.
Aseguró que para obtener un “muy buena producción” de plantines se usa el sustrato, la turba, la tierra negra, el abono, la compra de la semilla certificada, se realiza la selección de gajos, con esos recursos se garantiza la productividad.
El especialista dijo que alrededor de unas ocho personas trabajan con plantines y unos almacigan tierra y semilla, otros las repican, tarea que consiste en extraer las plantas del semillero y trasplantarlas a un envase con sustrato.
Zambrana manifestó que para satisfacer la demanda de la población, los viveros ofrecen los plantines para interior, medicinales, de ornato que se puede utilizar para jardines. “Las personas y la producción mayoritaria se destina para embellecer la ciudad de La Paz, en nuestras áreas verdes”.
Precisó que los costos de sus productos son variables y dependen del envase y la especie de la planta. Los precios van desde 2,50 bolivianos de plantas de porte bajo, como las suculentas, hasta los 60 bolivianos como en el caso de las forestales.
El funcionario recordó que hubo casos en que municipios como Sica Sica, sectores cercanos al Lago Titicaca e instituciones privadas, se interesaron en adquirir las flores de los viveros. “Invitar a la población para que pueda visitarnos, el vivero es un área muy especial, donde uno puede relajarse y la variedad de colores y especies, hace que la gente pueda olvidarse de los problema, las plantas nos ayudan a sentirnos mejor”, dijo Zambrana a tiempo de mencionar que los horarios de atención son de lunes a viernes de 08:00 a 17:00.
Dijo que las plantas son aliadas de las personas y por ello hay que cuidarlas. “La vegetación cumple varias funciones, el manejo del paisaje, la recreación, la disminución de la contaminación acústica, la contaminación del CO2 (dióxido de carbono). Entonces, tenemos un aliado muy importante con las plantas, pedirles, por favor, que cada uno de nosotros seamos unos guardianes de la naturaleza”, exhortó.
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