La Paz/AMN. – Los cultos religiosos se reabren en el municipio paceño con el 30% de su capacidad con la característica de que se ha reducido el horario de celebración y hay control de medidas de bioseguridad al ingreso. Por la demanda, se amplió hasta cinco turnos.

La Alcaldía de La Paz autorizó la reactivación de las actividades religiosas desde el 12 de septiembre. El sector contaba con un protocolo elaborado desde junio. Para los fieles, la rutina de celebración varió un poco, pero creció la demanda de congregación, afirmó el presidente del Consejo Nacional Cristiano, Luis Aruquipa.

El ministro religioso explicó que ahora el evento por turno se realiza entre una hora y 30 minutos a dos. Si antes asistían 100 personas, ahora solo se concentran 30, pero esto motivó a que se habiliten más turnos, hasta cinco en algunos casos. El domingo fue la jornada esperada y el primer grupo asistió desde las 06.00.

Aruquipa comentó que luego de cada sesión se desinfectaron y limpiaron los ambientes. El reencuentro de los “hermanos de fe” fue motivante, todos asistieron con barbijos. Al ingreso se hizo el control de temperatura, hubo pediluvios para los calzados y fue obligatorio el uso de alcohol en gel.

“No cantamos como antes hacíamos, una hora de alabanza, de adoración; hoy hemos disminuido a media hora, pero las oraciones y prédicas se mantienen. Luego de las prédicas se hacía el ungimiento, la imposición de manos, eso ya no se hace”, narró el líder religioso. Explicó que hay distancia de sillas de 1,5 metros.

En el departamento de La Paz hay cerca de 20.000 congregaciones cristianas, según los datos de Aruquipa. El tiempo de la pandemia permitió capacitar a los pastores que guían los cultos. Además, que hay mayor demanda de la fe debido a que la enfermedad obligó a apelar a la paz espiritual, dijo el entrevistado.

La reactivación religiosa es parte de la segunda fase del posconfinamiento en el municipio paceño. Otras actividades regresarán desde el sábado, como gimnasios, restaurantes, patios de comida, cines y actividades culturales, que cuentan con protocolos de bioseguridad.

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