Yana, la mono araña que llegó herida al zoológico

La Paz/AMN.- Entre el verdor de las hojas del monte en los Yungas, se balancea el primate más grande de Bolivia, el mono araña. El cazador, no le quita la mirada y su escopeta no deja de apuntarle, se apresta a activar la ráfaga de perdigones.

El primate se detiene a comer en un platanal, es el momento. El cazador dispara y 50 perdigones son esparcidos como una mancha entre los árboles. El animal cae inerte, el verdugo nota que de aquel mono cuelga su pequeña cría, que por el miedo, se aferra al cuerpo sin vida de su madre.

“Era negrita y pequeña. Llegó asustada, aún adolorida por el disparo que recibió. La llamamos Yana, que significa ‘negro’ en quechua. Creemos que sus captores la vendieron al descubrirla”, relató la administradora del zoológico Municipal Vesty Pakos, Andrea Morales.

Durante la tarde del 11 de marzo de 2018, una persona se aproximó al Zoológico Municipal, quien para sorpresa de los guardias llevaba en brazos a una cría de mono araña, indicando que la habría encontrado en la carretera Achocalla-Mallasilla.

Extrañados por el caso, el personal del zoo evaluó el estado de salud del animalito, tenía ocho meses de nacida, era hembra y como producto de una cacería había sufrido el impacto de tres balines; en el brazo, en la mano derecha y en la pierna.

Los monos araña se reproducen cada tres años y solo pueden tener una cría en este periodo de tiempo debido a la duración que toma su crianza.

Yana, se recuperó con ayuda de una madre sustituta

Cuidados

“Las mono araña madre no se despegan de su cría hasta que pasa un año de nacida. Incluso después, los progenitores permanecen cerca de su cría dos años más hasta alcanzar la madurez sexual”, comentó el especialista en primates e investigador de la asociación para la Conservación de Vida Salvaje (WCS por sus siglas en inglés), Jesús Martínez.           

Para su cuidado, Yana fue alimentada con dieta licuada y papilla. En dos meses fue intervenida con tres cirugías para extraer los perdigones que por su gravedad, perdió un dedo.

“Esta especie es cazada principalmente por su carne. Un mono araña adulto puede llegar a pesar 10 kilos y alcanzar una altura de entre 40 a 50 centímetros. Su cola es su principal característica y es utilizada como una quinta extremidad, es tan larga que puede sobrepasar su altura corporal, llegando a medir entre 80 a 90 cm”, dijo Martínez.

Con el tiempo, físicamente la primate estaba estable, pero el evento que le quitó a su madre la traumó psicológicamente ya que tenía una edad temprana. No aprendió a moverse, comer, ni caminar y no sabía utilizar su cola, relató Morales.

Yana necesitaba una madre sustituta quien le enseñe a caminar, comer, buscar refugio y balancearse. Marianell Oviedo de 42 años, amante de los animales y voluntaria del zoológico, se ofreció para esta labor que requería de un año de trabajo.

“Para enseñarle a comer, yo realizaba la mímica de llevar la comida a mi boca, ella hacía lo mismo, poco a poco rehabilitamos su mano derecha donde recibió los disparos”, relata Marianell Oviedo.

En los primeros ocho meses, Marianell debía visitar a Yana todos los días, de lunes a domingo y durante feriados. Con el tiempo, Yana aprendió a colgarse, a abrazar y a usar su cola.

Recuperación

Los mono araña habitan en montes bajos, entre 1.500 y 2.000 metros sobre el nivel del mar. Se ubican en la Amazonía Boliviana. En La Paz, pueden ser encontrados en los Yungas.

Esta especie es importante para la ecología. Al alimentarse de frutas, dispersan las semillas al expulsarlas. Son consideradas una especie jardinera por este aporte al ecosistema, agregó Morales.

Actualmente, Yana pesa más de 4 kilos, peso ideal considerando su edad (un año y 10 meses). La zanahoria es su comida favorita, se ha acostumbrado a la dieta del zoo y fue aceptada en su primer contacto con dos primates de su misma especie.

Hace un mes y medio, Yana terminó este proceso con Marianell. Hace unas semanas se inició un proceso de alejamiento entre las dos para no generar una dependencia emocional y así  pueda establecer relaciones con monitos de su propia especie, contó la administradora, Andrea Morales.

La tala de árboles, la cacería, la venta como mascotas, el avance de la frontera agrícola y el cambio climático son algunas de las amenazas hacia esta especie que es sensible a la pérdida de árboles altos.

Durante sus últimas semanas juntas, Marianell enseñaba a Yana a buscar refugio durante los días lluviosos. Personal del zoo está a la espera de un día soleado para reintegrar a Yana en el espacio de los monos araña.

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