Una exhibición de la danza tradicional de la Morenada de Bolivia.

AMUN/8-06-22
¿Con qué panorama se encontrarán los espectadores de la fastuosa entrada del Señor Jesús del Gran Poder después de dos años de ausencia por la pandemia de la Covid-19? Las 76 fraternidades que entrarán en escena pondrán a consideración de la ciudadanía 18 danzas, entre folklóricas y autóctonas, que representarán la magnificencia de esta festividad en su estreno como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

El referido reconocimiento fue otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco) el 11 de noviembre de 2019. Desde esa fecha la fiesta patronal de la Santísima Trinidad del Señor Jesús del Gran Poder fue inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, pero no pudo festejar ese reconocimiento en la entrada del año 2020 debido a la pandemia de la Covid-19 que llegó al país en el mes de marzo.

Reunido por primera vez en América Latina en la ciudad de Bogotá, Colombia, el décimo cuarto Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial (representada por 24 países) de la Unesco decidió esa histórica fecha que la tradicional festividad, que tiene origen en la ciudad de La Paz, forme parte de esta selecta lista internacional.

Y después de dos años de espera, la “Experiencia Gran Poder” que organiza el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz junto a la Asociación de Conjuntos Folclóricos del Gran Poder pondrán en escena 18 bailes que engalanarán la jornada, desde los Tobas hasta el Caporal, pasando por los Tinkus, Suri Sicuris, Diablada, Salay, Pujllay, Doctorcitos, Incas, Sicuriada, Potolos, Khantus, Morenada, Llamerada, Kullawada, Waka Waka, Saya y Moseñada.

Espacio para todas

Si bien la Morenada es la danza que predomina en la entrada del Gran Poder, ya 23 de las 76 fraternidades la bailan, existen un conjunto de danzas de diversas regiones del país que se han ganado un lugar en la festividad.

Ese es el caso de la danza de los Tobas, una danza acrobática que muestra la actividad de la caza que ejecutaban los guerreros. Inspirada en la danza de los Chunchos de San Roque de Tarija, esta danza se caracteriza por los saltos atléticos y los movimientos que emulan el lanzamiento de lanzas hacia la presa o el enemigo, según un conjunto de fichas descriptivas generadas por la Secretaría Municipal de Culturas (SMC).

La información de esta Secretaría permite describir la danza de los Tinkus como un ritual que en quechua significa “encuentro”. Otra danza relacionada con la caza es la del Suri Sicuris, que simbolizan el cadencioso movimiento del avestruz o ñandú en celo que se hace sentir con el sonido de las zampoñas.

La danza de la Diablada también será parte del Gran Poder que refleja la cosmovisión andina con connotaciones religiosa. Se inicia con el descubrimiento de la imagen de la milagrosa Virgen de la Candelaria que es reconocida por los mineros de Oruro como madre protectora del pueblo y que, a través de la danza, se busca no provocar el enojo del “Tío” en el interior de las minas.

De reciente aparición, la danza del Salay muestra el galanteo del varón hacia la mujer a través del zapateo y los movimientos graciosos del baile que tiene como fin conquistar a la pareja.

La danza del Pujllay, que significa “jugar” en quechua es la celebración en conmemoración a la batalla de Cumbate del 12 de marzo de 1816, donde la gente de Tarabuco en Chuquisaca se liberó de las fuerzas españolas.

Para demostrar una sátira entre abogados y secretarias de la época colonial, la danza de los doctorcitos ridiculiza a estos profesionales conocidos como “leguleyos y huayralevas”, quienes cometían atropellos contra los desposeídos.

La danza de los Incas tiene como origen el Imperio Incaico y el hecho histórico que representa la cultura, religiosidad y conquista por parte de los “llegados del Viejo Mundo”.

Entre las danzas autóctonas que harán su ingreso en la entrada está la Sicuriada de origen aymara donde participan mujeres y hombres que bailan como agradecimiento al ciclo agrícola, festivo y climatológico.

Los Potolos es un baile que se origina en Chuquisaca y la localidad de Potobamba en Potosí que se caracteriza por la insinuación a través del movimiento gracioso de las caderas de los danzantes “y el giro simultáneo de la cabeza, demostrando una coquetería y cortejo entre parejas”, señala la reseña de la Secretaría Municipal de Culturas.

La danza de los Khantus se origina en La Paz y muestra, a través de melodías ceremoniales, los rituales de los maestros kallawayas (médicos naturistas).

La más mimada del Gran Poder es la Morenada, que data del siglo XIX y es de origen boliviano. Representa una sátira del dominio de la colonia española sobre los esclavos y en la actualidad muestra poder económica y estatus social. Fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de Bolivia en 2011.

También se destaca en el Gran Poder la danza de la llamerada de origen prehispánico según relata el escritor Antonio Paredes Candia. Representa la tarea del “pastoreo” y el arriado de camélidos, es una representación de la relación entre el campesino y las llamas. Está entre las danzas declaradas como patrimoniales.

El investigador Manuel Rigoberto Paredes afirma que el origen de la Kullawada es de la época incaica y está relacionada con los hilanderos que “trabajaban con la fibra de los camélidos”. Otros estudiosos dan cuenta que su origen es paceño y que se bailaba en tiempo el anata (Carnaval).

La danza del Waka Waka, conocida como “waka thuquri” (toro danzante) se remonta a la época colonial. Existen variantes autóctonas de la misma en algunas provincias de La Paz y se conoce que su mejor época fue de 1960 a 1970, “porque los danzarines lucían joyas de oro y mantas de vicuña”. El estado la declaró Patrimonio Cultural e Inmaterial en 2012.

La Saya Afroboliviana, según el investigador Manuel Barra, se origina en las haciendas, previo a la Revolución de 1952. “Los estudiantes del Colegio Guerrilleros Lanza de Coroico en 1982 decidieron retomar la tradición de sus antepasados” y desde entonces identifica a esta comunidad, señala la reseña de la SMC.

La Moseñada es otra danza autóctona aymara, originaria de la comunidad Muxsa Marka del municipio de Colquiri de la provincia Inquisivi de La Paz. La música se inspira en la naturaleza, las montañas y ríos de La Paz. En 2012 fue declarada patrimonio del Departamento de La Paz.

La danza del Caporal nació en el Gran Poder, en la entrada que se realizó en 1970 y que fue llevada a escena por la fraternidad Caporales Urus del Gran Poder, fundada en 1969 por los hermanos Víctor y Vicente Estrada. Como la Morenada fue declarada Patrimonio Cultural e Inmaterial.
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