Dos ejemplares de osos que habitan en el BioParque Vesty Pakos en la ciudad de La Paz. Foto: Bioparque Vesty Pakos

AMUN/28-02-2024

La pasada semana, el Museo Nacional de Historia Natural fue el escenario del “Festival del Oso Andino”, organizado por JUKUMARI, en conmemoración del Día Internacional para la Protección de los Osos del Mundo. Este festival, que contó con la participación del Bioparque Vesty Pakos y Amor por los Animales Bolivia (APLAB), se erigió como una plataforma para concienciar sobre la importancia de conservar al emblemático oso andino (Tremarctos ornatus), el único de su especie en Latinoamérica y en Bolivia.

Entre las actividades educativas que se llevaron a cabo, se resaltó la necesidad imperativa de preservar tanto a los osos andinos como a su hábitat natural. En este contexto, el Bioparque Vesty Pakos desempeñó un papel fundamental y presentó a sus ilustres residentes: Eddi, Cucho, Balu, Luna, Juqui y Rufi, seis ejemplares de esta especie que encontraron refugio en sus instalaciones.

Sin embargo, entre estas historias de supervivencia y esperanza, resalta la conmovedora historia de Juqui, el oso más joven del Bioparque. Rescatado en 2020 de manos de traficantes ilegales en la comunidad de Tablas Montes, cerca de Cochabamba, Juqui fue privado de su libertad y condenado a una vida de cautiverio como mascota. Separado de su madre a una edad temprana, perdió la oportunidad de aprender los fundamentos de la supervivencia en su hábitat natural.

Tras su rescate, Juqui pasó tres años en el hospital veterinario, donde recibió cuidados intensivos antes de ser trasladado al Bioparque Vesty Pakos.

Finalmente, Juqui encontró un hogar en el Bioparque, donde fue gradualmente introducido al ambiente de los osos andinos, aprendió a interactuar con sus compañeros y se adaptó a una vida de relativa seguridad y comodidad. Su historia conmueve, no solo por su trágico comienzo, sino por la resiliencia que ha demostrado y la segunda oportunidad que ha recibido gracias al incansable trabajo de conservación que se realiza en el Bioparque de la ciudad de La Paz.

La historia de Juqui es solo una entre varias que reflejan las amenazas que enfrenta el oso andino en su hábitat natural. La pérdida de territorio, la deforestación y la caza ilegal siguen siendo peligros persistentes para esta especie única en Latinoamérica y en Bolivia. Es por ello que iniciativas como el reciente Festival del Oso Andino, adquieren una importancia vital al resaltar la necesidad urgente de proteger a estos magníficos animales y su entorno.

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