Una vendedora de sándwich de chola.

AMN/14-07-21
¿Qué ciudadano en La Paz no ha pedido “yapa” o aumento a la hora de comprar algún producto? Esta tradición data de tiempos inmemoriales y fue normada el año 1704 a través de una Ordenanza Municipal “en todas las tiendas que se dedicaban a la venta de productos al por mayor y menor en la ciudad de La Paz”, según describe el álbum “Curiosidades Paceñas”, publicado en 2019.

La “yapa” es una palabra aymara/quechua que significa aumento. “Es una palabra quechua y aymara que viene desde tiempos ancestrales, más antigua que la colonia, y siempre había esta costumbre en nuestros antepasados de dar una añadidura como es su interpretación, un plus a lo que tu compras”, explica el investigador y director de “Curiosidades Paceñas”, Carlos Gerl.

El referido álbum fue publicado el 2019 y fue distribuido en diversas unidades educativas de La Paz, El Alto y Coroico. Cuenta con 84 curiosidades investigadas por Gerl y el historiador Randy Chávez, entre las que se encuentra la referida a la “yapa”.

Según refiere la publicación, “la pintoresca y graciosa costumbre de dar yapa logró establecer un estrecho vínculo de reciprocidad entre clientes y comerciantes de la ciudad”. Su práctica se da desde la época de la colonia y fue institucionalizada por pedido del alcalde de la época José Acuña en 1704.

La casera del sándwich de chola suele dar yapita de cuero a chancho a sus comensales.

“El alcalde de ese entonces (Acuña) normaliza, regula el tema de la yapa porque algunos comerciantes daban más yapa que otros y, de esa manera, quitaban la fidelidad de los clientes, de los comensales, así que para que no yapen más y nadie se beneficie más al quitar clientes al otro, se regulariza, se norma y todos tienen que dar una yapita que no sea muy excesiva”, explica Gerl.

Según el investigador, con la institucionalización de esta tradición paceña todos los comerciantes deben ofrecer yapa a sus clientes, en esta especie de “romance, en esta fidelidad de comerciante y cliente”.

La costumbre está tan arraigada que ha generado una relación estrecha entre el comprador y la denominada “casera”, que es la vendedora preferida de la persona que compra. En esta interacción existe tanto el pedido del comprador que solicita la “yapa” o la oferta de la “casera” que le dice a su cliente: “acá está, con yapita incluida”.

“Tú vas a la tienda donde tienes tu caserita, no vas donde otra y yo también, voy a comer sándwich de chola donde mi casera que me yapa con cuerito, así que buscando esa fidelidad se hace esa normativa, se la establece y cuasi se obliga a todos los comerciantes a dar la yapa”, añade el investigador.

Gerl sostiene que esta tradición se ha extendido no solo en Bolivia, sino en otros países del continente. En Cochabamba, por ejemplo, difunden esta tradición como si fuera de ese departamento, manifiesta con preocupación el investigador, dado que le interesa que se reconozca esta costumbre como paceña.

“Yo me he encargado de buscar en Cochabamba y no existe una normativa hasta el día de hoy, no existe normativa en el Gobierno Municipal de Cochabamba. Yo sé que ya persiste en el norte de Chile, existe en el Ecuador, existe en el Perú y mira, todo nace de una normativa de la ciudad de La Paz que pretendía fidelizar la relación cliente comerciante, mira hasta dónde ha llegado”, añade Gerl.

La costumbre se ha extendido de tal forma, que incluso los supermercados apelan a esta tradición para incentivar a sus clientes a comprar. “Es algo que es muy vigente hasta en los supermercados de cultura muy occidental venden con yapa y ya se ha españolizado esta palabra, esta es una costumbre cien por ciento paceña”, afirma.

Según el investigador, esta ordenanza debe seguir vigente ya que muy pocas normas ediles han sido derogadas. “Yo me he encargado varias veces de entrar a los archivos históricos de la ciudad de La paz, si se ha aprobado por decir 500 ordenanzas en una gestión muy pocas o casi nunca se ha derogado las anteriores, esa supuestamente sigue vigente porque no existe una normativa, ordenanza, decreto o ley que la anule, no hay” explica.
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