AMUN/4-12-21
En la plaza del Obelisco del centro paceño, Katia Espejo esperaba a un familiar para ir a almorzar. “Desde que empezó la pandemia sigo saliendo a la calle con barbijo, mascarilla facial y traje de bioseguridad”, afirmó la mujer de 32 años. En el municipio de La Paz muchos ciudadanos siguen protegiéndose contra la pandemia de la Covid-19.

“Cuando salgo con mis dos hijitas, al llegar a nuestro departamento, nos desinfectamos y entramos directo a la ducha. Pido a la gente que se cuide; por todas estas medidas que hemos tomado, nadie de mi familia se enfermó con el virus”, dijo la ciudadana en entrevista con la Agencia Municipal de Noticias (AMUN). Afirmó que junto a su esposo ya recibieron la primera y segunda dosis de la anticovid.

A una cuadra de ese punto, frente al edificio de la Lotería Nacional, Felicidad Ulloa, de 70 años, también se “cuidaba” para no contagiarse. “Ya me hice vacunar tres veces. Para salir a trabajar me pongo una cremita antivirus, mi gorrita de bioseguridad y barbijo, es imprescindible, primero está nuestra salud porque si nos da, no entramos a terapia intensiva y se pasará fácil la enfermedad”, dijo la comerciante en vía pública mientras seguía vendiendo desinfectantes de mano y una variedad de modelos y colores de tapabocas, desde dos hasta cinco bolivianos.

Cincuenta metros más hacia el norte, en la plaza San Francisco, Carlos Gabriel Mendoza de 17 años estaba junto a su enamorada, quien hacía fila para recibir la primera dosis de la Pfizer en uno de los puntos móviles de la Alcaldía de La Paz. “Ya me inyectaron a mí, tengo que mostrar mi carnet de vacunación para entrar a mi acto de graduación en la Unidad Educativa Puerto Rico de Tembladerani”, afirmó el joven.

“Hay buena afluencia de personas”, señaló el médico Gabriel Cárdenas, que desde mayo acudió a las laderas de la urbe paceña y decenas de espacios públicos para la inoculación con los puntos móviles. Visitaron mercados, plazas, sedes de transportistas, colegios y desde la siguiente semana irán a la feria navideña en el Parque Urbano Central. Este domingo volverán a atender en plaza San Francisco desde las 08:00 hasta las 21:00.

Durante el recorrido que hizo la periodista de la AMUN por el centro paceño, vio que la gran mayoría de la población usaba el barbijo, incluso hasta dos, aunque también había algunos ciudadanos que tenían el tapabocas en el cuello.

En la Terminal de Buses de La Paz, Iván Ramírez de 26 años, señaló que se debe utilizar de manera correcta el barbijo, que cubra nariz y mentón. Es chef y llegó de Cochabamba. “En La Paz veo que usan más el barbijo, son contaditos los que no lo usan”, afirmó el joven; comentó que cuando llega a casa se lava las manos con agua y jabón. En ese espacio edil hay lavamanos móvil al ingreso y es obligatorio que los pasajeros lleven puesto el cubrebocas; también se fumiga los pasillos y los buses en coordinación con las empresas de transporte interdepartamental.

Girogina Barrientos vende boletos desde hace cinco años en la Terminal de Buses de La Paz y a diario usa doble barbijo. “Hay gente se cuida bien, usan cubrebocas y siempre están desinfectándose las manos, les insinúo cumplan las medidas de bioseguridad para no regresar a restricciones porque de este trabajo comemos. En la cuarentena sufrimos mucho, cuídense, por favor”, enfatizó la mujer de 36, madre de tres hijos.

“Aquí en La Paz, la mayoría veo que usa barbijo, hay que cuidarse y protegerse”, dijo María Eufronia Callao, de 61 años. Vino desde Quillacollo, Cochabamba, por trabajo. Destacó que en los restaurantes vio que hay alcohol en gel, pediluvios y gente con trajes de bioseguridad.

La Alcaldía de La Paz implementó desde mayo varias acciones sanitarias frente a la pandemia en coordinación con el Servicio Departamental de Salud y el Ministerio de Salud. Vacunación móvil y masiva, restricciones y controles diarios. Además, impulsa actividades deportivas para fortalecer las defensas de las personas.

Celia Fríos Pardo vende golosinas en la Terminal desde hace tres décadas y en su puesto tiene hasta tres recipientes de alcohol; y en su cuello, otro atomizador. “Siempre estoy con barbijo, es parte de mi ropa diaria”, contó la señora de 57 años; a su lado estaba su hija, con doble cubrebocas, y desinfectando los artículos que venden.
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