AMUN/10-02-22
Como un homenaje a Oruro por sus 241 años de la rebelión popular del 10 de febrero de 1781, el alcalde Iván Arias dialogó este jueves en el programa radial “La Paz en paz” con residentes orureños en La Paz, quienes mostraron parte de su riqueza gastronómica y folclórica en plaza Abaroa.
“Estamos aquí festejando el 10 de febrero”, dijo Arias en su transmisión segundos antes de presentar a la presidenta del Centro de Acción Orureña, Claudia Bayá, quien radica en La Paz hace 30 años, pero no olvida las raíces de su tierra.
En el diálogo que Arias sostuvo con Bayá surgió la inquietud del burgomaestre de saber cuántos residentes orureños viven en La Paz. La residente respondió que con el Censo de 2012 se llegó a identificar una cifra de hasta 70 mil, producto de la migración, pero esa cifra a la fecha ha disminuido.
“Tenemos un dato de 2012, un aproximado de 70 mil orureños que llegaron a La Paz para vivir, pero de estos 70 mil muchos han vuelto a migrar a Santa Cruz y Cochabamba, por lo que estimamos en 50 mil los orureños que actualmente viven aquí”, dijo Bayá quien aguarda la realización del Censo de Población y Vivienda de este año para absolver esa información.
Arias mencionó algunas de las características comunes que tienen La Paz y Oruro, como la ubicación geográfica ya que ambos son altiplánicos, en ambos se siente el frío de invierno y la vasta gastronomía orureña que tiene como base la carne de cordero.
“Ayer (miércoles) estuve en Oruro y he comido ‘Rostro Asado de vaca”, contó el alcalde Arias, quien enalteció la comida que se prepara en la tierra de Sebastián Pagador. Bayá hizo referencia a otros platos típicos de Oruro como el Thimpu, las Colitas, el Charquecán de carne de llama, el Brazuelo, el Costillar y la Media Nuca, también preparado con la parte posterior de la cabeza de cordero.
Para conocer más a detalle estas especialidades culinarias, el alcalde Arias entrevistó al propietario del restaurante “El Solar de las Cabecitas”, Ramiro Rocha, quien administra su local en la calle Comercio.
Rocha le contó al burgomaestre que los platos de mayor preferencia de su restaurante son el Brazuelo y el Costillar. “Son lo que más salen (se venden)”, informó, a tiempo de contar una curiosidad sobre el Rostro Asado y su sabor.
“La cabeza (del cordero) es pelada, hervida, tratada; se comen los sesos. Este plato es conocido como la delicia de los siete sabores, ya que cada parte de las siete partes del rostro del cordero, la lengua, los ojos, el cachete, tiene siete sabores distintos”, explicó Rocha.
Situados sobre una mesa, el chef del restaurante el Solar de las Cabecitas puso los platos característicos para degustar. Arias identificó el Thimpu, que es de su agrado, y pidió que se lo guarden para comerlo posteriormente.
En ese momento, Rocha le comentó al alcalde Arias que la preparación del ahogado del Thimpu “toma entre siete y ochos horas”, ya es especial y requiere de una serie de especias para darle su sabor distintivo.
Posteriormente, después de hablar de gastronomía, la Banda Municipal “Eduardo Caba”, interpretó el ritmo de una Diablada, que una pareja de danzarines se puso a bailar en medio de la plaza.
El alcalde Arias habló con la pareja de danzarines, quedó maravillado con los trajes típicos y consultó al joven cuál es el costo de su traje y la respuesta fue que ronda los 1.000 dólares. “Somos de la Fraternidad Artística y Cultural La Diablada, la danza devocional de Oruro para rendirle pleitesía a la Mamita (Virgen) del Socavón”, dijo la señorita que lucía el traje de la China Supay.
Dos damas integrantes de la referida fraternidad le comentaron al alcalde Arias que su agrupación cuenta con 67 años de vida. El burgomaestre consultó si este año irán a bailar a la entrada de Oruro, a lo que respondieron que sí y agradecieron a La Paz por acogerlas desde hace 40 años.
Después de esta conversación, el alcalde Arias se dirigió al viaducto Belisario Salinas para ver los avances de la construcción de esta obra, mientras la pareja de danzarines volvieron a bailar la tradicional Diablada de Oruro.
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