Con una trayectoria de más de 7 años, este espacio es un refugio para aquellos que enfrentan desafíos en su proceso educativo y esta remodelación representa un paso decisivo hacia la mejora continua.
AMUN 26-02-25
El aire se llenó de emoción en las instalaciones del Centro de Educación Especial Copacabana, donde la comunidad se reunió para celebrar un logro significativo: la entrega oficial de la remodelación de aulas, un evento que marca un hito en el camino hacia una educación más inclusiva y de calidad.
La Secretaría Municipal de Educación y Desarrollo Social (SMEDS), en colaboración con diversas organizaciones como World Vision Bolivia y la comunidad, hizo posible este sueño que ahora se convierte en realidad.
El acto comenzó con una bendición a cargo del pastor Pablo Mogollon, quien, con palabras de agradecimiento, invocó la presencia divina para consagrar el nuevo espacio. “Gracias, Señor, por permitirnos reconocer que todo esto es posible a través de ti”, expresó, convocando a los presentes a inclinar sus rostros en una oración colectiva.
La ceremonia, cargada de simbolismo y esperanza, sentó las bases para la celebración de un futuro mejor para los 74 estudiantes que ahora tendrán acceso a un entorno educativo renovado.
La directora del centro, Miriam Garcés Vásquez, no pudo ocultar su emoción. “Hoy celebramos no sólo la entrega de esta obra, sino el logro de un sueño compartido”, afirmó, subrayando la importancia de seguir apostando por el conocimiento y la formación integral de los niños con dificultades de aprendizaje.
Con una trayectoria de más de siete años, el Centro de Educación Especial Copacabana es un refugio para aquellos que enfrentan desafíos en su proceso educativo y esta remodelación representa un paso decisivo hacia la mejora continua.



El proyecto, que requirió una inversión total de 120.980 bolivianos, incluyó la división de muros, la instalación eléctrica, el equipamiento de aulas y la adecuación de espacios con pisos flotantes y ventanas de aluminio.
La colaboración entre la Subalcaldía San Antonio, la SMEDS y la Fundación World Vision Bolivia fue esencial para llevar a cabo esta iniciativa, que no solo mejora la infraestructura, sino que también fortalece el compromiso de ofrecer un entorno seguro y adecuado para todos los estudiantes.
El trabajo en conjunto fue evidente en cada rincón del nuevo espacio. Los Voluntarios Por el Bien Común, que tienen diversas profesiones, desde ingenieros hasta psicólogos, aportaron su tiempo y habilidades en la remodelación, demostrando que la solidaridad puede transformar realidades.
La comunidad se unió, incluso, para recaudar fondos a través de una kermesse, que generó 2.869 bolivianos destinados a la compra de material de refacción y refrigerios para los trabajadores.
La subalcaldesa del macrodistrito San Antonio, Gabriela Godoy, también destacó la importancia de esta obra, afirmando que “la mejor herencia que uno puede dejar es la educación”. Su presencia en la ceremonia subrayó el compromiso del gobierno local con la mejora de las condiciones educativas, resaltando que esta entrega es solo el comienzo de un camino hacia un futuro prometedor para los niños de la zona.
Al finalizar el evento, el sentimiento de esperanza y gratitud era palpable. Los aplausos resonaron en cada rincón, celebrando no solo la renovación física de las aulas, sino también el renacer de sueños, el compromiso de una comunidad unida y la certeza de que, con esfuerzo y colaboración, es posible construir un futuro mejor.
El Centro de Educación Especial Copacabana ahora se erige como un símbolo de inclusión y superación, donde cada niño podrá desarrollar su máximo potencial en un entorno acogedor y seguro. La entrega de estas aulas es, sin duda, un paso hacia adelante en la lucha por una educación que respete y potencie las diversas necesidades de sus estudiantes.
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