Las raíces ancestrales andinas de la región siguen vivas, adaptándose a los nuevos tiempos sin perder su esencia.
AMUN 27/02/2025
El Carnaval paceño es una celebración vibrante donde lo ancestral y lo moderno se entrelazan en una festividad llena de color, música y tradición. En su programa radial El Negro en la Calle, el alcalde Iván Arias conversó con Clemente Mamani, connotado conocedor de la cultura andina, sobre la visión aymara del Carnaval y su evolución en la ciudad.
El Anata: El camino ancestral del Carnaval
Según Mamani, la festividad tiene raíces profundas en el Anata, una celebración andina vinculada al ciclo de la vida y a la relación del ser humano con la naturaleza. “El Anata representa el crecimiento del individuo: el viernes es la llegada de la adolescencia, el sábado se transita a la juventud, el domingo se es joven en plenitud y el lunes se alcanza la madurez”, explicó. A lo largo de la semana, la alegría del carnaval da paso al desgaste, simbolizando el paso del tiempo y el ciclo vital de las personas.
En la cosmovisión andina, el Anata es un tiempo de agradecimiento a la Pachamama, la Madre Tierra, que en esta época luce su máximo esplendor, vestida de verde y adornada con flores. La ch’alla, el ritual de ofrenda, es el nexo entre esta celebración ancestral y la tradición contemporánea del carnaval.
El ch’uta y la fusión cultural
Uno de los personajes emblemáticos del carnaval paceño es el ch’uta, que en sus orígenes era un personaje ligado a la dualidad andina, siempre acompañado de su pareja. Sin embargo, con el tiempo surgió el ch’uta cholero, un personaje más urbano, pícaro y galante, que baila con dos parejas y se ha convertido en símbolo de la alegría del Carnaval en La Paz.

Mamani recordó que esta versión moderna del ch’uta nació en las calles de la Cancha Tejar y que hoy, después de más de tres décadas, se ha consolidado como una tradición popular en la ciudad.
En palabras de Clemente Mamani: “El epicentro del ch’uta es la hoyada paceña, donde el Anata ha dado paso al Carnaval. Ya no es solo un ritual, sino una tradición”.
El ritual de la mesa y la ch’alla
Otro aspecto fundamental del Carnaval Andino es la mesa para la ch’alla del martes. Mamani explicó que las ofrendas pueden realizarse con una mesa blanca, para pedir bendiciones o una mesa de colores, en agradecimiento a la Pachamama. El ritual debe llevarse a cabo en el centro del hogar, la oficina o el espacio de trabajo, siempre con la vista hacia el naciente, nunca hacia el poniente.
“El ritual requiere conciencia”, enfatizó Mamani, señalando que cada persona adapta la ceremonia a su fe y tradición. Si bien antes se utilizaban exclusivamente elementos como la coca y la chicha, en la actualidad han surgido nuevas incorporaciones, como el vino o distintos tipos de licores, reflejando la fusión de lo ancestral con lo contemporáneo.
La Paz, con su Carnaval único, demuestra que las raíces ancestrales andinas de la región siguen vivas, adaptándose a los nuevos tiempos sin perder su esencia.
///