AMN/16-11-21
Es el mayor de cuatro hermanos. En el colegio Cristo Rey Fe y Alegría del macrodistrito Cotahuma de La Paz y en su cumpleaños 11, Harold traslada canastas escolares para comprarse audífonos y escuchar mejor la explicación de sus maestros en sus clases virtuales.
Con un morral negro que lleva una cinta plástica blanca –con la que se identifican los que ayudan a cargar los productos– el niño contó a la Agencia Municipal de Noticias que decidió trasladar los alimentos, con el carrito en el que venden artículos de plástico con su madre. “Tengo 10 años, pero desde hoy 11 años, es mi cumpleaños, salí porque quiero apoyar a mi mamá”, expresó.
Harold cobra dos bolivianos por llevar los sacos de harina, arroz y bolsas de leche, galletas, cereales, yogurt y aceite en su carrito desde la cancha de la unidad educativa hasta la puerta de salida, al menos unos 60 metros. Vestido con un deportivo negro y un barbijo del mismo color, hasta las 10:00, el niño que estudia en ese mismo recinto educativo ya había logrado reunir 22 bolivianos.
“Siempre ha sido activo y dinámico, es su cumpleaños, quería un audífono, pero le dije: hijito todavía no hay recursos. Él decidió salir con el carrito en el que vendemos productos de plásticos a cinco bolivianos y que traigo de Desaguadero”, relató la madre. Sus otros tres hijos tienen ocho y cuatro años y una beba de cinco meses. Viven cerca al mercado The Strongest.
Dijo que esta semana recibirá dos canastas escolares de sus hijos mayores. Mientras, ella también vende tostados y masitas dulces fuera del colegio Cristo Rey Fe y Alegría, donde también hay otras decenas de comerciantes de verduras, pollo, comida y juguetes. Algunas armaron sus puestos de venta en la plaza Lira, que está al frente.
“Señora, debe pasar primero por aquí y al final irá a las mesas de productos”, “¡carrito!, ¡compañeros aquí necesitan carrito!”, “amigos el señor necesita más manos, ayudemos”, eran algunas de las frases que Harold repetía varias veces, por lo que se ganaba el cariño de las madres y padres que desde la madrugada fueron a recoger las canastas escolares.
Antes de conversar con la AMN, el niño consultó el motivo, dónde se difundiría y cuáles serían las preguntas que le formularía la periodista porque “le enseñaron a no hablar con extraños”; fueron un par de minutos de diálogo porque varias madres le pedían que las ayude a trasladar los productos en su carrito. “Me están llamando, tengo que ayudar”, dijo el niño antes de despedirse.
El alcalde Iván Arias informó este lunes que empezó la segunda semana de entrega de canastas escolares con más orden y rapidez, en los cuatro puntos de distribución: unidad educativa Cristo Rey Fe y Alegría y Agustín Aspiazu del macrodistrito Cotahuma; y en Manuel Bernal y Holanda 1, del macrodistrito Max Paredes. En todo el municipio se prevé entregar más de 137.000 canastas hasta el 3 de diciembre y luego habrá un periodo para rezagados.
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