Alonso, el perro adoptado por La Paz Bus que disfruta de los viajes en el PumaKatari

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Alonso es el fiel perro viajero del PumaKatari, que periódicamente, al igual que las otras mascotas del PumaKatari, recibe atención veterinaria.

AMN/28-05/21
Un pasajero madrugador de cuatro patas se prepara para abordar un bus PumaKatari en la ruta Integradora. Se lo ve amigable, es grande, luce un pelo negro y brilloso y parte de su hocico es blanco. Cuando aborda se sienta en el piso y mantiene una tranquilidad, se nota que disfruta estar dentro del bus. Se trata de Alonso, el perro que hace cuatro años los funcionarios de La Paz Bus adoptaron.

“Los usuarios tratan con mucho cariño a Alonso porque la mayoría que realiza la ruta ya lo conoce”, relata la encargada de Bienestar Social de La Paz Bus, Alejandra Blanco. Todas las mañanas, después de desayunar, esta alegre mascota se prepara para emprender su paseo. Lo primero que hacen sus cuidadores es ponerle un bozal que es un requisito para subir a un PumaKatari o Chikititi, ya dentro del vehículo se sienta al lado del anfitrión hasta que llega a plaza Alonso de Mendoza, de cuyo nombre fue bautizado.

Blanco cuenta que el can se queda en la plaza por al menos seis horas, nadie lo molesta y es quizás el lugar que se acostumbró a visitar cuando era callejero, “quizás con la esperanza de ver a su dueño”.

Cuando ya tiene hambre, dice Blanco, Alonso se aproxima a la parada de los ‘pumas’ para subir a otro vehículo y regresar a casa para almorzar. En la parada de Caja Ferroviaria le esperan sus cuidadores, además de sus compañeros de adopción ‘Choco’ y ‘Martina’, con quienes tiene una buena relación.

En La Paz Bus se practica la tenencia responsable de mascotas, en cada uno de los patios.

El can conquistó a los despachadores, anfitriones y conductores desde que comenzó el servicio en la ruta Integradora del PumaKatari, hace cuatro años. Cada que un bus llegaba a la plaza Alonso de Mendoza, el perro de fisonomía delgada estaba ahí en busca de una caricia y comida, relata Blanco.

Dice que con el tiempo la mascota aprendió a pararse apoyado en una pared o algún objeto fijo, responde a la voz: “requisa Alonso” y los funcionarios lo revisan “desde el cuello” como si se tratará de un operativo policial. “Alonso sabe, se para y le hacen la requisa”, afirma Blanco.

“El perrito se fue acostumbrando al movimiento de nuestros despachadores, anfitriones y conductores. Fue tanta la costumbre que él empezó a habituarse a subir al bus y hacer la ruta completa dentro del bus hasta llegar al patio que actualmente tenemos en Caja Ferroviaria. Así que se tomó la decisión de adoptarlo y lo llamaron Alonso”, relata la funcionaria municipal.

Alonso tendría cerca de ocho años, es adulto como la mayoría de los que fueron adoptados en los diferentes patios de los PumaKatari. La Paz Bus tiene 17 mascotas, 14 son adultos y tres cachorros; los más jóvenes son Solovino, de dos años y las dos hembras, Monse y Saira de un año de edad, que ya fueron esterilizadas, dice Blanco.

Alonso hace una de sus monerías en el patio de Caja Ferroviaria, donde vive.

Prosigue el relato de la funcionaria edil y comenta que los mismos funcionarios tienen una alcancía común donde a diario depositan monedas que ayudan para comprar el alimento de las mascotas, para cubrir las consultas veterinarias o las esterilizaciones. Y en tiempos libres, arreglan las casas de los perros.

“Los conductores y anfitriones y todo el personal de la Paz Bus tenemos un principio muy importante que es el respeto por la vida en general. Entonces es una de las muestras de afecto y cariño que podemos darles a los seres más indefensos, que son nuestras mascotitas”, asegura Blanco.

Tuli, Chocapic, Tic y Choca son las mascotas que corren, juegan y cuidan los ambientes donde está la oficina central de La Paz Bus, en el Parque Urbano Central (PUC). Otros tres perros, Choco, Alonso y Martina, viven en el patio de Caja Ferroviaria; mientras que Chacarrón, Oso, Jack y Puma están en el patio de Irpavi.

Dori y Salomé fueron adoptados en el patio de Villa Salomé; Solovino y Saira están en el patio de Incallojeta; Shadow es la mascota de los funcionarios del patio de Chasquipampa y Monse está en Achumani, precisa Blanco, la encargada del cuidado de los animales.
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