AMUN/26-05-23
Con la actividad educativa Madre de los Andes, el Bioparque Vesty Pakos abrirá este sábado sus puertas para mostrar a Mururata, la única madre cóndor de especie silvestre, que será agasajada por el Día de la Madre. Pide a los visitantes aprender de ella y observar su desenvolvimiento mientras recibe su pastel especial.
“Desde las 10:00 hasta las 12:00 se desarrollará la actividad educativa Madre de los Andes en conmemoración a las madres bolivianas y a Mururata, cóndor hembra que es la única especie silvestre que se ha reproducido, en el marco de un programa de conservación, en este centro de custodia”, explicó el administrador del Bioparque, Omar Rocha, sobre el evento.
En el Día de la Madre, prosiguió, el Vesty Pakos realizará esta actividad educativa con la que agasajará a Mururata, que se reprodujo en cautiverio tras un largo periodo de convivencia con Amauta, el cóndor andino macho; ambos convirtiéndose hace siete años en padres de Illimani, la primera cóndor hembra nacida en cautiverio en el país, en el marco del Programa de Conservación de Cóndores.
“Los cóndores andinos poseen una tasa de reproducción muy baja, primero porque suelen poner uno o dos huevos al año y segundo porque son una especie de ave monógama, ya que escoge una pareja y permanece con esta de por vida”, explicó Rocha.
En la actividad educativa Madre de los Andes se brindará a los visitantes información sobre esta especie mientras observan el desenvolvimiento de Mururata que recibirá un pastel hecho con alimentos adecuados para ella.
El Bioparque Vesty Pakos alberga 11 cóndores andinos (Vultur gryphus) de diferentes edades y tamaños, siete machos y cuatro hembras, que en su mayoría llevan nombres representativos de montañas de la cordillera de los Andes como Illimani, Sajama, Uturuncu, Ancohuma, Condoriri, entre otros. Están distribuidos en dos ambientes, el Domo de Cóndores y Mallkutapa.
Entre ellos destacan Mururata y Amauta, la única pareja de cóndores convertidos en padres, el pasado 20 de diciembre de 2016, con el nacimiento de Illimani, después de más de 30 años de sostener una relación, cuando habitaban en el antiguo zoológico, ubicado en el Parque Urbano Central (PUC).
Así desde el 2009, Mururata y Amauta empollaron huevos, pero sin éxito alguno. “Intentaron ser padres durante muchos años”, indicó el encargado del área de Conservación y Manejo de Fauna Silvestre del Bioparque, Fortunato Choque, a tiempo de explicar que “con el objetivo de reforzar la reproducción de esta importante especie se recibió pautas de expertos respecto a la alimentación y adecuación del ambiente”.
Por ese motivo en 2016 se diseñó Mallkutapa, palabra en aymara traducida como Nido de Cóndores en castellano, un ambiente de 300 metros cuadrados adecuado para la reproducción de Mururata y Amauta, que utilizaron la cueva rocosa para construir su nido, donde durante dos meses, el ciclo de empolle de los cóndores andinos, cuidaron por turnos a su huevo, Illimani.
“Esta especie es prioritaria para el Bioparque porque a nivel nacional y regional las poblaciones en vida silvestre están disminuyendo de manera alarmante debido a una serie de amenazas tales como la caza furtiva, el envenenamiento, entre otros”, explicó Rocha.
Indicó que ambos participaron en el crecimiento de su polluelo hasta que alcanzó sus siete años. Esta etapa fue importante para el bioparque que registró datos sobre la especie, como sus primeros aleteos fuera del nido, los cambios de coloración de su plumaje, su tamaño, su peso y su comportamiento.
Actualmente, Illimani se encuentra en otro ambiente donde comenzó congeniar con un cóndor macho llamado Ancohuma, con quien se espera que se consolide como pareja.
Sobre la diferencia entre un cóndor macho de una hembra, Rocha explicó que se presenta un dimorfismo sexual, por ejemplo, “los machos son hasta un 13% más grandes que las hembras”, además presentan una cresta que crece con la edad, una papada, un collarín blanco y el iris de color marrón. Mientras, la hembra es de menor tamaño, sin cresta, con un collar blanco delgado y el iris de color rojo.
Los cóndores proporcionan importantes servicios ecosistémicos y están relacionados a eliminar los cadáveres de otros animales de forma natural, así ayudan a mantener niveles sanitarios adecuados en el ambiente porque controlan la propagación de enfermedades. Su presencia es un indicador de la salud de los ecosistemas y de otras especies que comparten el hábitat.
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