Un reglamento hace más riguroso el proceso de declaratoria de patrimonio inmaterial y cultural

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La Paz/AMN.- Entre 1995 y 2019, en el municipio de la Paz se registraron 35 declaratorias de patrimonio inmaterial y cultural. Con el fin de no emitir designaciones “a todo” es que está vigente el reglamento 20, el cual hace más riguroso el análisis de la propuesta patrimonial. En ese marco, se cuenta con un plan de salvaguarda y, además, se elabora un comité impulsor.

El denominativo municipal de patrimonio no pasa solo por contar con un documento y pensar que con eso se beneficia al objeto patrimonial, aclaró la directora de Patrimonio Cultural de la Alcaldía, Ximena Pacheco.

“Es un reconocimiento que se hace a esta relevancia, a su singularidad y necesidad de garantizar su trascendencia en futuras generaciones, a su adecuada documentación y que esto pueda mantener como referente de cultura. Cabe indicar que la declaratoria de patrimonio no es el fin mismo, es el inicio porque esto implica que va conllevar una serie de acciones como valorizar ese patrimonio, a garantizar su trascendencia”, afirmó la autoridad.

El referido reglamento es el complemento de requisitos de la Ley Municipal 265 de Patrimonio Cultural que está vigente.

“Con el reglamento 20 se establecen los criterios que complica más (el proceso), porque tenemos que ver el tema de antigüedad, tiene que ser de 50 años en algunos casos ó 30 y 20. Tenemos distintas nominaciones; hay que crear un comité impulsor de patrimonio, comité de gestión de salvaguarda que se hace en función de dar prioridad a actores culturales y gestión de gobierno. Este tipo de patrimonio que va a venir tiene que ser mucho más evaluado para que no cualquier cosa sea declarado”, explicó al respecto el responsable de la Unidad de Patrimonio e Investigación Cultural del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, David Mendoza.

El logro de la declaratoria conlleva el involucramiento de la comunidad, aseveró Pacheco. Esto implica un trabajo multidisciplinario para sentar condiciones, físicas, económicas y ambientales.

Según datos de la institución edilicia paceña, la primera declaratoria de patrimonio cultural e inmaterial fue a la Festividad del Señor Jesús del Gran Poder en 1995, desde esa fecha se cuenta en total con 35 denominaciones. (Ver cuadros).

La ultima declaratoria fue del 4 de junio de este año. Mediante ley autonómica se dispuso “Patrimonio Cultural Histórico y Documental de La Paz a los 20 documentos del sistema de documentación e información sindical de la Federación Sindical de Trabajadores mineros de Bolivia (FSTMB)”.

Mendoza señaló que la libre designación patrimonial conlleva riesgos para los beneficiarios puesto que se podría omitir un plan de salvaguarda y difusión, este aspecto se ve con recurrencia en la Asamblea Legislativa Plurinacional ya que las brigadas departamentales, “con el fin de contentar a su regiones”, declaran patrimonio a varios objetos, sitios o fiestas.

De acuerdo a datos de la rendición pública de cuentas parcial de la legislatura 2019-2020 de la Cámara de Diputados, hasta junio se emitieron dos leyes. Una que declara patrimonio cultural e inmaterial a la música y coreografía de la danza del Salay y otra a la expresión cultural de los Macheteros del departamento de Beni.

En el caso de la Ley de Patrimonio a la Danza del Salay, la normativa tiene dos artículos. En su segundo menciona que el Ministerio de Culturas y las entidades territoriales autónomas deberán formular políticas de protección, promoción y salvaguarda. Este contenido normativo es similar en muchas declaratorias y es un instrumento recurrente entre los legisladores.

Pacheco mencionó que el trabajo de análisis y evaluación deber ser coordinado con los tres niveles del Estado.

Cuando un valor patrimonial surge en un municipio, luego debe ser reconocido por el Gobierno Departamental y finalmente por el nivel central del Estado, comentó Mendoza.

El concepto de patrimonio inmaterial surge desde 2003 cuando la Unesco estableció un convenio, con anterioridad se denominaba Intangible. En Bolivia el Carnaval de Oruro fue la primera expresión cultural que recibió ese denominativo en 2001 y que mantiene ese título.

Por otro lado, la Festividad de la Alasita de La Paz fue ratificada en su declaratoria en dos oportunidades, debido a nuevos componentes que surgieron y que alimentaron el valor cultural como la “Illa del Ekeko”, que fue recuperada desde el extranjero e incorporada en el espacio de los feriantes.

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