AMUN/ 19-02-22
En cuatro horas, la ciudad de La Paz viajó imaginariamente por el país para sentir y disfrutar del carnaval folklórico y autóctono sin alcohol. Una presentación de más de 600 danzarines demostró la riqueza cultural de los diferentes departamentos en 10 danzas tradicionales de la fiesta de Carnaval.
“Hagamos como lo estamos haciendo ahora, con mesura, con prudencia, con alegría y con mucho amor; que este carnaval sea de alegría que bailemos y disfrutemos, pero que no se vuelva violento”, dijo el alcalde Arias, quien disfrutó cada una de las danzas presentadas en este viaje por la tradición del país.
Las primeras notas de la Aromeñita (morenada) empezaron hacer retumbar el piso de la plaza Mayor de San Francisco. Al ritmo de las matracas, los morenos y chinas tomaron el escenario. Así se abrió el primer “Carnaval sin alcohol”.
En un giro de 360 grados, la música y la danza se trasladaron hasta el Chaco boliviano. El tradicional zapateo de la Chacarera arrancó los aplausos del alcalde Arias, su esposa Mercedes Butrón, invitados y público en general que se acomodaron en las gradas de la Plaza Mayor y a los costados del improvisado escenario.
El director de Ballet Folklórico de La Paz (Bafopaz), Víctor Salinas, quien agradeció al alcalde Arias por el apoyo a la cultura, explicó que los cuadros presentados es una muestra coreográfica con más de 60 bailarines cada danza.
“Quiero agradecer al señor alcalde Arias por su apertura y apoyar esta iniciativa de celebrar el carnaval de manera sana, sin alcohol y apreciando nuestras danzas”, dijo Salinas, quien después presentó un cuadro de una cueca cochabambina, acompañado de su señora esposa, Ana Ariscurinaga.
El “Carnaval sin alcohol” recorrió los diferentes departamentos, así aterrizó en Tarija. Una estampa tarijeña mostró la riqueza del carnaval chapaco, con una Cacharpaya. El siguiente salto fue hacia Chuquisaca que dijo presente con una muestra del carnaval de Zudáñez y las provincias chuquisaqueñas.
El ambiente ardía de alegría y como salidos del fuego aparecieron los diablos que incendiaron el lugar con la tradicional Diablada, que puso a bailar a propios y extraños. Se vivía un mini carnaval boliviano.
El sonar de las zampoñas y los tambores, abrieron paso para la moseñada. Tradicional en las provincias del altiplano paceños. Los ch’utas y pepinos hicieron de las suyas cuando el grupo ensamble de Fobopaz interpretó la típica música de la danza que surge en un espacio intermedio, entre el Ayllu o comunidad establecida una relación íntima con la ciudad.
Los embajadores de Rusia, México, Unión Europea, Corea del Sur, España, Suiza, Francia, Alemania y República Dominicana disfrutaron de la variedad de danzas que hay en Bolivia. Aplaudieron cada uno de los cuadros y no se aguantaron de bailar algunas danzas, en sus propios lugares.
“Como Secretaría Municipal de Culturas hemos llevado adelante un ciclo que lo hemos denominado. Ahora vamos a impulsar la Danza en Movimiento donde vamos a llevar espectáculos de esta magnitud y serán totalmente gratuitos a la población paceña”, dijo el secretario municipal de Cultura y Turismo, Rodney Miranda.
El silencio tras el discurso fue interrumpido por la Banda Eduardo Caba, que interpretó la tradicional cueca Viva mi Patria Bolivia y del fondo aparecieron nueve muñecos gigantes representando a las diferentes danzas del país, como la Diablada, Caporales, Negritos.
La alegría del carnaval cruceño llegó con una estampa de taquirari y chovenas que se bailan en la fiesta del rey momo. Los tundikis y los caporales levantaron de sus asientos al público que acompañó el ingreso de los danzarines con las palmas.
Para cerrar la presentación del ballet Bofopaz presentó un ensamble nacional con la participación de los 600 bailarines que estuvieron a lo largo de la tarde en el escenario. Tras la cacharpaya los danzarines sacaron a bailar a los representantes del cuerpo diplomático, secretarios municipales y publicó en general. ¡Viva el Carnaval sin alcohol!
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