La retreta de “Los Olvidados” —despedida del Pepino y antesala de su entierro —que reunió a numerosas familias en el barrio Miraflores, fue un espacio de celebración y convivencia.
AMUN / 09-03-25
La ciudad de La Paz se llenó de alegría y color durante su carnaval, celebrado en un ambiente familiar y seguro que la mañana de este domingo vivió la tradicional retreta de “Los Olvidados”, como antesala del entierro del Pepino que se efectuó horas más tarde.
El secretario municipal de Cultura, Américo Gemio, destacó la importancia de este evento, al afirmar: «Hemos tenido un carnaval realmente seguro, hermoso, donde todos hemos pasado muy bien. No hemos tenido ningún sobresalto ni problema, por eso para nosotros es un carnaval del Bicentenario».
La retreta —que además contó con la participación de cuerpos de baile — que reunió a numerosas familias en el barrio Miraflores, fue un espacio de celebración y convivencia. Gemio extendió un saludo cordial a las «Damas de Antaño» y a “Los Olvidados” recordando que, aunque puedan parecer olvidados, siempre están presentes en el corazón de la comunidad. «Ese lindo nombre refleja su esencia; siempre están aquí, siempre presentes», comentó.
Durante la celebración, los asistentes disfrutaron de diversas actividades, incluyendo la tradicional «cacharpaya», que da inicio a la despedida del Pepino. En este contexto, Gemio invitó a todos a disfrutar del «domingo de tentación», un día especialmente dedicado a la diversión familiar.
El balance del carnaval fue calificado como «ciertamente positivo», gracias a la participación activa de los vecinos y la seguridad prevaleciente. «Disfrutemos de este retrato del carnaval paceño», exhortó Gemio, anunciando también la continuidad de las festividades con el entierro del pepino y el esperado corso de la Córcova —que se celebra en la populosa zona de Villa Victoria— , programado para el 16 de marzo, al que todos están invitados.
La Paz, en su bicentenario, reafirma su compromiso con la cultura y la seguridad, convirtiendo el carnaval en una celebración inolvidable para todos sus habitantes.
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