AMN/ 06-08-21
Bolivia celebra este viernes 196 años de su Independencia en medio de un llamado a la reconciliación. Algunos historiadores consideran que no hay nada que celebrar hoy ni en cuatro años, cuando será el bicentenario de la emancipación. Otros creen que hace más de diez años ya se debió conmemorar el bicentenario, en referencia al primer grito libertario y la Revolución del 16 de Julio de 1809.
El historiador y docente universitario Alexis Pérez sostiene que la historia no es para reprochar, si no para ver qué cosas no se han resuelto en el pasado que se convierten en la caja de pandora de la cual salen los males. Indicó que es difícil celebrar un aniversario de la Independencia, más aún por la situación política actual que se vive en el país, y lo comparó con Casimiro Corrales, un político y famoso populista, de buenas intenciones pero en el fondo era liberal declarado y confeso.
“Es muy difícil decir ‘celebrar’ por la situación que se está viviendo en Bolivia; es de lo más trágico”, dijo Pérez al hacer referencia a los conflictos políticos que vive el país desde 2019 y quemas en la Chiquitania. “Este 6 de agosto es para ponerse un listón negro; Bolivia no tiene ninguna expectativa. ¡Por qué le digo¡ Hay fuerzas externas que controlan. Tengo pruebas, por ejemplo, de la destrucción o quema de la Chiquitania, el norte del país (Pando) está ocupado por gente depredadora y lo mismo pasa con el Illimani; nos miran en términos de racionalidad económica y otras son las fuerzas internas”.
Pérez dijo que se tiene que entender la magnitud de los problemas que tenía Bolivia al momento de su fundación, muchos de los cuales se mantienen. “Los recursos del país eran muy pobres, más o menos el presupuesto era de un millón en pesos y en libras esterlinas unas doscientas. Comparada con otros países, indudablemente, era muy pobre. No se generaba empleos y todos querían vivir del Estado, en ese tiempo lo denominaban ‘la empleo manía’ por eso había guerras civiles, constantes levantamientos, así se construyó la República en Bolivia”.
El politólogo, historiador y docente universitario Jorge Abastoflor señala que el país debió celebrar el bicentenario en 2009 porque hace 212 años en Chuquisaca se dio el Primer Grito Libertario independista que se coronó con la Revolución del 16 de Julio de 1809. “Ya deberíamos estar festejando (el bicentenario) por lo menos 10 años antes de 2025; debimos estar realizando cosas, pero así mismo se realizaron cosas desde diversas instituciones y esfuerzos muy sectorizados”.
El arquitecto, historiador y documentalista Pablo Michel Romero considera que la celebración de los 196 años de la Independencia de Bolivia “debería realizarse con madurez, no como una celebración colectiva, sino como una celebración íntima, para hacer una crítica profunda de lo bueno que hemos tenido como país, de las luces y sombras, ya que Bolivia es el resultado de varias vertientes”.
Sostiene que “para celebrar el bicentenario, no debemos obviar y olvidar ninguna de las Bolivias; nos guste o no somos el resultado del mestizaje, si negamos algunas de ellas es como negar a nuestros padres. Me preocupa la visión coloclasta de algunos sectores que quieren destrozar y volver al resentimiento de los 500 años”.
Abastoflor propuso reflexionar en lo que une a los bolivianos. “Debemos unir todos los esfuerzos tanto sectoriales como institucionales inclusive personales individuales en este momento de la historia que es irrepetible, en realidad deberíamos hacer énfasis en las cosas que nos une a las bolivianas y bolivianos que nos han unido y nos han permitido superar todos aquellos hechos mencionados anteriormente”.
El alcalde de La Paz, Iván Arias, sostuvo que, desde que inició su campaña electoral para ganar la silla edil, tiene como propósito reconciliar a los bolivianos con una “La Paz en paz”, replicarla en el país y poner en práctica la “cultura del perdón”.
En esa línea instó a los bolivianos a buscar la reconciliación, en la celebración de los 196 años de Bolivia y del bicentenario en cuatro años. Dijo que “no es mirando atrás que se construye el futuro” sino con una “Bolivia siempre unida”. Bajo ese propósito encendió la noche de este jueves una tea gigante en la frontera entre los municipios de La Paz y El Alto.
“Esta tea debe ser entendida también como el fuego de la unidad nacional, del perdón, del mirar hacia adelante, de reconocer nuestro pasado, que es mitad español y mitad indígena, de estar orgullosos de lo que hemos logrado y conscientes de que debemos seguir luchando por dar mejores días a nuestros hijos y nietos”, dijo Arias.
La tea encendida la noche del jueves, que se mantendrá hasta fin de mes, es la misma que fue prendida para las Fiestas Julias; tiene 64 metros de alto y ahora fue adecuada con los colores patrios: rojo, amarillo, verde.
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