Alcalde Arias anima a mejorar el Bioparque Vesty Pakos

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El alcalde Iván Arias observa la laguna de las tortugas en el Bioparque en una visita pasada. Foto: AMUN.

AMUN/ 8-02-22
Un santuario de animales y de árboles, eso es el Bioparque Vesty Pakos, ubicado en el macrodistrito de Mallasa. El alcalde Iván Arias visitó de sorpresa al parque y lanzó el desafío de mejorarlo cuanto antes. “No me cuentes, hazlo, ya no soñemos, hagamos; esto hay que mejorar”, dijo el burgomaestre a la administradora del Bioparque, Geraldine Durán.

Arias recorrió el sábado todo el Bioparque, sus 22,4 hectáreas en casi dos horas y mientras lo hacía miraba a los animales con la inocencia de un niño. El sol era intenso. El buen clima atrajo a muchos visitantes, que saludaban a la principal autoridad del municipio paceño. “Buenos días señor Alcalde”, le decían los visitantes. Arias les respondió con otro saludo y una sonrisa.

El Bioparque Vesty Pakos se encuentra a 3.250 msnm y a una distancia de 14 km del centro de la ciudad de La Paz, en el macrodistrito Mallasa, dentro del Área Protegida Parque Nacional Mallasa.

Hasta el lugar llegó un par de amigos que caminaba cargados de sus bolsitas de merienda (frutas y refresco) y al ver al alcalde Arias se acercaron.

― ¿Cómo está? Queríamos saludarlo, somos de Cochabamba y estamos de vacación.
― Bienvenidos. ¿Les gusta el parque? Les preguntó Arias.
― Sí está bonito, ¿nos sacamos una fotito por favor? Dijo uno de ellos.
― Claro, pero no soy tan lindo como el Bombón (alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa).

En medio de risas se tomaron la foto y los abrazó con mucho cariño. Arias, la subalcaldesa de Mallasa, María del Carmen Navarro, y la comitiva, caminaban junto a los responsables del Bioparque. Los ojos del Alcalde se movían de un lado al otro como radares y registraban todo. El Bioparque cuenta con diferentes recintos donde alberga a la fauna silvestre. ¿Qué animal es ese? Pregunta al pasar por uno de ellos y repite en otro lugar. Su curiosidad es grande.

“Mire Alcalde, la vicuña, por hoy será bolivarista”, le dice bromeando Navarro al pasar por donde la vicuña, que está en el recinto de camélidos denominado Wari Pacha que significa tierra de vicuñas.

Las actividades en Mallasa abundan, los restaurantes venden pollo y chancho a la cruz y se desarrollan con normalidad. Nadie se imagina que el Alcalde pasea por el Bioparque, que alberga 74 especies silvestres entre ellos tejones, tortugas, loros, monos, halcones, águilas y quirquinchos.

Las necesidades son bastante. Una de ellas, el equipamiento de la clínica. En la anterior administración de la Alcaldía de La Paz compraron equipos para personas, que no pueden ser usadas. “Necesitamos una máquina de radiografía urgente”, dice la veterinaria Rocío Rojas, quien acompañó todo el recorrido explicando el estado de salud de los animales.

Rojas invitó a Arias a visitar el área de cuarentena, donde están algunos monos que, después de recibir su tratamiento, serán devueltos a su jaula y otros liberados. Una pareja de adultos mayores que descansaban echados y apoyados a un árbol, miraron sorprendidos a la autoridad, como lo hizo el cobrador del conocido también exzoológico de Mallasa cuando Arias le dijo: “me da una entrada”.

La primera autoridad política de la ciudad de La Paz caminaba respirando aire puro. “Esto es lindo”, dijo. Otra vez la veterinaria le sugiere ir a otro sector de cuarentena. Allí están tres Jucumaris. Al ver a una dice: “Mira qué feliz está echada durmiendo, sácale una foto”.

El Bioparque actualmente alberga 520 individuos silvestres de 74 especies. En su mayoría provienen de la tenencia ilegal, tráfico de animales, comercialización y mascotismo. El 70% de los animales pertenece a especies amenazadas.

Entre risas al bajar de una terraza de la jaula de los Jucumaris, Arias dijo: “uy esto, como todo está mal aquí voy a ver si me resiste”. Y se ríe. El jefe de Guardafaunas, Roger Irahola, le dice: “tenemos que mejorar todo”. El alcalde Arias coincide: “es urgente que mejoremos esto y pronto”, mientras abandona el Bioparque, contento pero preocupado por lo que falta por hacer en el extenso espacio destinado a los animales.
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