La feria, a pesar de la marea de gente, mostraba señales de un comercio afectado por la crisis económica que atraviesa el país.
AMUN / 26-12-24
En una tarde calurosa de jueves, el programa radial “El Negro en la Calle”, conducido por el alcalde Iván Arias, se trasladó a la emblemática Feria de Uyustus, un punto de encuentro tradicional para comerciantes y compradores en la ciudad. En un esfuerzo por comprender la situación del comercio local en vísperas de las fiestas de fin de año, el Alcalde conversó con vendedores y clientes, recogiendo impresiones sobre las ventas y el ambiente en la feria.
“Estamos consultando sobre impresoras. La más económica está en 1.400 bolivianos, mientras que las más caras superan los 6.000”, explicó un comerciante mientras el Alcalde se movía entre los puestos. La conversación rápidamente se trasladó a las ventas de fin de año, donde la opinión fue unánime: “Las ventas están muy bajas”, confesó un vendedor. “Históricamente, en estas fechas, el comercio ha sufrido, siendo el sector de televisores el que más se beneficia”, añadió.
A medida que el Alcalde continuaba su recorrido, se adentró en los pasillos llenos de productos. “La gente compra televisores, pero también busca regalos para las fiestas”, observó mientras se acercaba a un grupo de compradores. La feria, a pesar de la marea de gente, mostraba señales de un comercio afectado por la crisis económica que atraviesa el país. “Los precios han subido, y eso influye en las ventas”, dijo una vendedora de ropa, quien recordaba con nostalgia tiempos más prósperos.
El ambiente en la feria era una mezcla de esperanza y desafío. “Por más complicada que esté la situación, seguimos vendiendo. La gente también ayuda comprando, es una ayuda mutua”, comentó un joven que vendía consolas de videojuegos. “Es importante que la gente venga a estos lugares y consuma lo que ofrecemos, hay muchas cosas hechas aquí en Bolivia”, comentó el Alcalde, resaltando la importancia del comercio local.
Sin embargo, no todo era optimismo. Algunos comerciantes expresaron su preocupación por la competencia desleal que afecta sus negocios. “No hay control, y eso nos perjudica. Todos los días vemos cómo otros venden productos sin papeles”, lamentó una madre que vendía monturas para lentes. La lucha por la legalidad y la regulación se hacía palpable entre los comerciantes, quienes pidieron al alcalde atención a sus reclamos.
Durante el recorrido, el Alcalde también escuchó más que quejas sobre la situación económica. Una vendedora, madre soltera de dos niños, se acercó con una solicitud urgente sobre sus trámites de permisos. “He estado esperando más de dos años, y mi situación se vuelve insostenible”, expresó, con la esperanza de que su voz fuera escuchada por el Alcalde.
A medida que caía la tarde, el alcalde concluyó su visita a la feria con un sentido de compromiso. “Estamos aquí para escuchar y ayudar. Entendemos sus necesidades y trabajaremos para buscar soluciones”, prometió, mientras la gente comenzaba a agolparse en los puestos, buscando las mejores ofertas para las fiestas que se avecinan.
Con una mezcla de esperanza, desafíos y un indomable espíritu de lucha, la Feria de Uyustus continúa siendo un reflejo del pulso del comercio en La Paz, donde cada vendedor y comprador comparte una historia de resiliencia en tiempos inciertos. Mientras se preparan para el nuevo año, la comunidad espera que las promesas de apoyo y las acciones concretas puedan revitalizar su economía y su fe en un futuro mejor.
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