Alcalde ofreció una chocolatada a los hijos de los privados de libertad y les entregó regalos.
AMUN / 7-1-25
La capilla del penal de San Pedro se transformó este martes en un oasis de risas y diversión, porque la tristeza y la desesperanza cedieron el paso a la alegría con motivo de la celebración del Día de Reyes.
Más de un centenar de niños, hijos e hijas de los privados de libertad, llenaron el espacio con su energía, mientras los cómicos de la Asociación de Payasitos Cristianos se encargaron de llevar la emoción y la alegría a esta jornada especial.
Desde temprano, el ambiente se impregnó de risas y canciones, mientras los pequeños disfrutaban de juegos, bailes y actividades diseñadas para hacer de esta mañana una experiencia inolvidable. Así la risa de los pequeños resonaba entre las paredes del penal, un recordatorio de que, a pesar de las circunstancias, la esperanza y la alegría siempre pueden encontrar un camino.
La visita del alcalde Iván Arias y del subalcalde de Cotahuma, Gonzalo Gonzales, añadió un toque especial a la celebración. Con la donación de juguetes y una exquisita chocolatada, las autoridades buscaban dibujar sonrisas en los rostros de los niños, recordando la importancia de la unión familiar en momentos difíciles.
Durante su intervención, el Alcalde Arias compartió palabras de aliento y esperanza. “Los momentos más difíciles son cuando se pierde contacto con la familia. Por eso, este granito de arena es para que la familia siga unida”, afirmó, reconociendo el valor de los niños que acompañan a sus padres en el penal.
“Todo esto es pasajero. Ustedes son niños de bien. Saldrán adelante, sus padres les van a guiar desde donde están”, añadió con un abrazo simbólico hacia los pequeños, que no se cambiaban por nadie al recibir su regalo. “Mira mamá me tocó una Barbie”, le dijo una niña a su progenitora tras recibir su obsequio.
El acto se enmarcó en la tradición de los Reyes Magos, cuyas figuras han trascendido desde su origen religioso hasta convertirse en un símbolo de esperanza y generosidad en diversas culturas. Al recordar cómo los Reyes Magos llevaron regalos al niño Jesús, la celebración se convirtió en un acto de amor y solidaridad hacia aquellos que enfrentan la privación de libertad.
Cesar Mamani Pomacagua, delegado de trabajo del penal, también expresó su gratitud por la visita y los presentes. “Nos sentimos orgullosos de recibirlos y agradecemos por los regalos y la chocolatada, porque aquí adentro es donde más se necesita”, señaló, destacando la importancia del gesto en estas circunstancias.
El evento no solo fue un momento de alegría, sino también una oportunidad para reconocer el esfuerzo de quienes hicieron posible esta celebración con la entrega de certificados de reconocimiento a los funcionarios, por su compromiso con la campaña “Celebramos Reyes por la sonrisa de los niños y niñas, hijos e hijas de los privados de libertad”. Este gesto simboliza el esfuerzo conjunto de la comunidad para brindar un respiro en momentos difíciles.
María Esther Pérez, directora de la Dirección de Desarrollo Económico Social de la Subalcaldía de Cotahuma, agradeció a las empresas que colaboraron con donaciones. “Hablamos de la empresa Michelline, que nos ha donado 5 tortas, de Delicia, con 300 bolsitas de vaquitas, y de Nestlé, que aportó juguetes y panetones”, detalló, destacando el compromiso de la comunidad para hacer sonreír a los niños.
Así, la capilla del penal de San Pedro se convirtió en un escenario de esperanza y unidad, donde la risa de los niños resonó como un recordatorio de que, a pesar de las adversidades, el amor y la solidaridad siempre encontrarán la manera de brillar. La jornada concluyó con la promesa de que cada niño, a pesar de las circunstancias, siempre merece un motivo para sonreír.
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