Un clásico: de futbolines, billar o suerte sin blanca

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Futbolín en la feria de Alasita en el Parque Urbano Central (PUC). Foto: AMUN

Los juegos de la Alasita son infaltables y atraen visitantes a la feria.

ESPECIAL ALASITA DEL BICENTENARIO

AMUN/ 23-01-25
Eddy Luis Franco


Alberto estudia arquitectura en la UMSA y es el entusiasta del grupo de amigos que organiza la visita a la feria, pero con la única intención de llegar al sector de las canchitas o futbolines, para enfrentarse en un clásico del fútbol paceño, unos por Bolívar y otros por The Strongest. Él es quien lleva el control de la cantidad de canchitas, sabe que por cada cinco juegos recibe “la manga”, el regalo gratis por un juego.

El desafío es “pierde paga” es decir que hay que esforzarse para ganar y no pagar.

Para ellos, la Alasita no solo es la compra de billetes o miniaturas, es la diversión, la alegría y el desafío entre compañeros de estudio frente a una cancha defendiendo al equipo de su corazón.

Uno de los sectores más visitados es “futbolines y minibillares La Paz”, ubicado en el centro mismo de la feria. Encontramos a doña Celia, días previos a la inauguración, pintando y nivelando las canchitas. Es la cuarta generación de feriantes, recuerda que acompañaba a su papá cuando la feria era en la avenida Tejada Sorzano.

“Yo estaba muy pequeña todavía, era lleno de personas que visitaban la alasita. Era la única feria en ese entonces, ahora hay en diferentes fechas”, recuerda mientras destaca que antes había más visitantes.

Suerte sin blanca

Si lo que quieres es comprar una alcancía, pero solo tienes Bs 5, entonces puedes tentar a la suerte y visitar a los que ofrecen “suerte sin blanca”, es decir si o si sale premio, aunque quizá no tengas la fortuna de conseguir la alcancía, pero si un premio consuelo.

Hay desde un boliviano, pero los premios son acorde a ese presupuesto.

La lota, casi olvidada

Solo sobreviven dos loteros o “canta lota”, también hacen referencia al clásico del fútbol paceño, uno es de Bolívar y el otro del Tigre, cuando te acercas puedes distinguir a uno del otro por los colores de cada equipo.
Antes era uno de los juegos más populares y preferidos por los premios que podía llevarse cada jugador.

Hoy sobreviven estos dos que aún mantienen la singular forma de cantar los números. Cada jugador elige un cartón y recibe una cantidad de semillas de maíz para llenar el cartón. Hay premio a la trica, a la línea y cartón lleno.

“Par de patitos (22), el número de mi socio (28), el último (90), el número de Messi (10), la edad de Cristo (33), la niña bonita (15)”, son algunas de las expresiones para cantar la lota o el bingo, y gritar muy fuerte “¡Lota!” para que no te hagas “pisar”, es decir que haya pasado el turno de tu premio.

Estos son los juegos más tradicionales, los que aún se mantienen. Sin olvidar los de puntería, los de disparar con el rifle, los dados, patear al arco y algunos más.

No cabe duda que la tecnología enterró varios juegos de antaño, pero la feria se resiste y mantiene con vida a los tradicionales de la Alasita, un espacio para divertirse entre amigos o familia. ¿Visitará el Parque Urbano Central?

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