Pequeños emprendedores brillan en la Ch’iti Feria de Alasita en el mercado Mil Colores de Miraflores

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Rosalia Limachi junto a los niños que participaron en la "Ch'iti Feria Alasita 2024" en el mercado de Mil Colores Miraflores"

AMUN/26-01-24
Mientras la ciudad de La Paz se preparaba para recibir la Alasita 2024, en el mercado Mil Colores Miraflores se vivió la «Ch’iti Feria de Alasitas», una tradición que se realiza desde hace más de 8 años, donde los protagonistas son los hijos, nietos y sobrinos de las caseritas del mercado.

Vestidos con un mandil café y acompañados de una hermosa sonrisa en sus rostros, niños y niñas instalaron sus “puestitos”, como ellos los llaman, en las inmediaciones del mercado de Miraflores. Acompañados de sus mamás, que son parte del mercado, expusieron y vendieron orgullosos sus productos.

«Esta iniciativa ha nacido de parte de todas las señoras del mercado, de nuestros hijos, nietos, sobrinos. Hace más de 8 años, recuerdo que mi hijita pequeña participaba aquí, vendía, pero ahora ya es jovencita», contó Rosalía Limachi, quien forma parte del sector de verduras.

Las comerciantes afirman que esta iniciativa busca brindar una lección de aprendizaje a sus hijos, para que puedan valorar el trabajo arduo que ellas realizan día a día.

«Queríamos que nuestros hijos vean el trabajo que nosotras realizamos, donde aprendan a administrar, a vender. Ahora venden las cosas en miniatura y ya saben administrar el dinero. Han aprendido, al igual que nosotras, a invertir el dinero, poner a la venta algún producto y rescatar el capital», añadió Limachi.

En el sector de «verduritas” estaba Rosita, una niña que participó en esta feria. En su espacio asignado, exhibía bolsas pequeñas de verduras ya cortadas, zanahorias, nabos, tomates cherry, papas y plátanos maduros. En otro sector, Naomi expuso su «frialito» con productos como quesos, silpanchos preparados y pan de hamburguesas; fueron los más vendidos. Hannita ofreció abarrotes en miniatura. Otros niños, con ayuda de sus padres, prepararon y vendieron pequeños «platos paceños», comida típica en estas fechas. Y no podía faltar el sector dulce; Daylin fue la encargada de ofrecer pastelería en su sector.

De esta manera, entre tradición y aprendizaje, los pequeños emprendedores demostraron con alegría y creatividad que la Ch’iti Feria de Alasita no solo es un espacio de venta, sino también una invaluable lección de vida.

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