AMN/21-11-21
Lucía Ángela, madre de una beba de siete meses y tres niñas de dos, nueve y 12 años, recogió afanosa dos canastas escolares. Todas madrugaron para acudir desde Playa Verde, ubicada en la periferia de la ciudad, hasta la céntrica zona de Sopocachi, donde está el punto de distribución, en la unidad educativa Agustín Aspiazu.
“Muy bien lo que está haciendo el alcalde Iván Arias, ya no voy a tener que comprar arroz hasta el año, me van ayudar mucho estas canastas escolares”, destacó la ama de casa de 31 años. Se vistió con una gruesa chamarra y un “beatle” de lana para combatir el frío de las cinco de la mañana; similares atuendos abrigados tenían sus “pequeñas”.
Inquietas y curiosas por los productos que llevarían a casa, las niñas no dejaban de caminar y correr de un lado a otro por la cancha deportiva del colegio, mientras sostenían las bolsas de yute para acomodar los productos y ayudar a su “mami”. “Yo quiero más el yogurt, está bien todo, habrá más en mi casa”, respondió Aylin de 12 años, cuando se le consultó sobre los artículos que recogía.
Dos arrobas de arroz y otras dos de harina blanca, ocho botellas de 900 mililitros de aceite, dos bolsas de 760 gramos de leche en polvo, dos botellas de un litro de yogurt probiótico, dos bolsas de medio kilo de cereal, 20 bolsitas de leche saborizada, dos bolsas de medio kilo de galletas y seis bolsas de leche fluida de un litro se llevaron a casa. “De las dos arrobas de azúcar me dieron vales”, detalló Marquez.
Entre el 15 y 19 d noviembre, según datos de la Secretaría Municipal de Educación, en el Holanda 1, del macrodistrito Max Paredes, debieron recibir alimentos los padres de familia de 8.844 estudiantes; y en Manuel Bernal, 11.191. Y, en el macrodistrito Cotahuma, los establecimientos educativos habilitados son Cristo Rey Fe y Alegría, con 11.388; y Agustín Aspiazu, con 11.410 favorecidos.
“Estoy recogiendo la canasta escolar de mi hermanita, lo hago porque somos tres hermanos huérfanos, este año ella sale bachiller, ella no vino porque tiene una discapacidad”, contó Julio César, entretanto, acomodaba los artículos en un carrito junto a su otro hermano, en el colegio Agustín Aspiazu. La Canasta Escolar tiene un valor de 290 bolivianos.
En entrevista con la Agencia Municipal de Noticias, dijo que sus padres fallecieron hace varios años y él se hizo cargo de su familia; los tres viven en Alto Llojeta. “Después del año pasado, con la pandemia de la Covid-19, todos estos productos están bien, vamos a hacernos pancito con la harina y azúcar”, expresó el joven treintañero con una sonrisa.
“Tampoco podemos exigir otras cosas más al acalde Iván Arias, sabemos que lo han dejado en cero, se entiende”, afirmó Julio César a tiempo de agradecer por el beneficio. Asimismo, comentó que incluso coordinaron con la Unidad de Personas con Discapacidad de la Alcaldía de La Paz para que su “hermanita” continúe con más estudios superiores o se capacite en algún oficio.
Para la entrega, los progenitores o tutores deben presentar la fotocopia de carnet de identidad, además de copia de libreta escolar de 2018, 2019 o 2020; y la libreta electrónica de este año también sirve. Todos los beneficiarios deben estar registrados en listas de dirección de educación departamental.
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