La Paz/AMN.- El Proyecto Segunda Oportunidad brinda a las madres adolescentes la posibilidad de llevar a sus hijos a sus capacitaciones, dado que existe un área de cuidado infantil donde los menores son atendidos.
Este proyecto cuenta con parvularias, quienes brindan el cuidado que necesitan los pequeños, dependiendo de la edad.
“En mi casa no tengo con quien dejarlo por eso lo traigo, sino lo dejaría. Me siento tranquila porque si se siente incómodo me lo traen, lo veo. Está cerca de mí”, manifiesta Lucy Apaza, una madre adolescente que recién comenzó su capacitación en el área de peinados. Ella tiene un niño de un año y medio de edad.
Roxana Mamani, tiene una hija de un año y seis meses. Esta madre va a sus capacitaciones en la mañana y por la tarde al colegio, ya que está en la promoción.
Esta adolescente de 18 años vive actualmente con sus padres porque la relación con el papá de su hija no funcionó. Se separó y volvió a su casa.
“Sigo estudiando, estoy en la promoción. Es un apoyo porque puedo traerle a mi hijita aquí. Me la cuidan mientras estamos pasando clases”, afirma Roxana.
Para esta joven madre, los mejores días en su vida son cuando va a capacitarse al Proyecto Segunda Oportunidad. Cuando por alguna razón se ausenta, se siente inquieta.
“El proyecto me hace sentir bien, venimos lunes, martes y jueves, y son los mejores días. Cuando vengo aquí es como si fuera un ambiente muy cómodo. (…) Cuando no puedo venir, me siento bajoneada (triste). Me encanta venir aquí”, asegura.
Planes
Lucy es una de las mamás más nuevas en el proyecto. AMN la encontró en su tercera clases de peinados.
Ella quiere terminar su capacitación en peluquería y también quiere aprender gastronomía. Luego pretende instalar un negocio para mantener a su familia.
Recuerda que cuando se enteró que estaba embarazada ya había salido bachiller. Sin embargo, sus deseos de estudiar una profesión seguían intactos. Por ello, al enterarse de este proyecto municipal no dudó, fue a inscribirse y se incorporó a las clases.
Lucy tuvo la suerte de tener el apoyo de su papá y sus suegros durante su embarazo.
Me juzgaron
Roxana, se enteró que estaba embarazada a los 16 años, cuando cursaba quinto de segundaria. Sus maestros querían que deje el colegio y se inscriba en el turno nocturno, pero ella logro terminar el año y su bebé nació en marzo de 2017. Ese año dejo el colegio y este 2019 lo retomó.
“Fui al colegio embarazada. Me juzgaron. Me decían que no podía ir embarazada, (y que) hay colegios nocturnos. Yo me sentía mal y me decía: quiero salir de ese colegio y demostré a las personas que me juzgaban que ahora estoy en la promoción”, recuerda.
