AMUN/15-07-22
En el centro histórico de la ciudad de La Paz y en la zona San Sebastián se encuentra la calle Linares conocida también como la calle de Las Brujas, donde se comercializa artesanías en lana, aguayo y cuero, joyería en plata y los diferentes artículos para rituales andinos. Visitar y tomarse una fotografía en esta calle es casi una obligación para los turistas locales e internacionales, por lo que fue arreglada y se convirtió en un Espacio en Movimiento.
“Me parece muy bien y es muy atractivo. Llama también a atención, tenemos brujitas volando y es muy atractivo, los turistas andan sacando (fotografías) y hay más turismo”, dijo una de las artesanas del sector sobre los arreglos que se realizaron y que la convirtió –al igual que a la calle Melchor Jiménez– en un Espacio en Movimiento y fue denominada “Paseo de las Brujas”.
Como parte de este lanzamiento, los propietarios de las actividades económicas adornaron la calle con paragüitas y brujitas que fueron colocadas a lo largo de esta vía paceña. Además, se pintó diferentes figuras en el piso con la pintura que dotó la Alcaldía.
“Ha renovado con todo tipo de artesanías. Al ingresar la calle de las Brujas, están las brujitas con sus escobitas que nos representa a nosotras y en el otro lado de la Linares están la paragüitas”, dijo otra de las artesanas y propietaria de una de las tiendas de venta de recuerdo elaborados con aguayo.
Aunque La Paz, Bolivia y las ciudades del mundo siguen en la pandemia de la Covid-19, los artesanos y emprendedores de esta vía tradicional trabajan para reactivar sus negocios y con ello la economía de la ciudad. Buscan que lleguen más visitantes locales y turistas del exterior, que consuman y compren las artesanías.
“Estamos reactivando de todo lado, tratando de que la economía vuelva a surgir y a trabajar en la ciudad porque es por la ciudad que trabajamos. Entonces, nosotros estamos abriendo nuevamente el espacio, estamos dando nueva vida, nueva cara”, dijo la propietaria de la Feria Artesanal Sumaya, Rocío Gutiérrez.
En esta feria como en varias otras tiendas de esta calle paceña, los visitantes pueden encontrar ropa elaborada en lana y tela de aguayo, mochilas, ponchos, chalinas, chompas, pantalones, gorros (lluch’us) y mantillas. También carteras de cuerdo y aguayo, muñecas, instrumentos musicales y llaveros, además de joyas elaboradas en plata.
En el rubro gastronómico, existen hoteles y restaurantes que ofrecen comida intencional y la variedad de la gastronomía paceña. “Un turista tiene un efecto multiplicador de cuatro a cinco, no solo llega y se queda en un hotel, también consume y compra recuerdos, paga desde un taxi. Un turista trae mucho dinero a la ciudad, además las zonas turísticas son la cara de la ciudad. No van a ver una calle al azar, planea ver las calles turísticas, la calle Jaén, la calle de las Brujas, el Valle de la Luna y los sitios clave que tenemos en la ciudad”, afirmó el artesano Édgar Quispe.
En esta vía tradicional también están los puestos donde se expenden los artículos para distintos rituales, como la mesa la Pachamama o alguna ch’alla en domicilios o negocios que se acostumbra realizar en la ciudad de La Paz.
“Me parece espectacular”, dijo una extranjera que era acompañada por un ciudadano paceño tras su recorrido por esta calle tradicional de La Paz.
Al celebrarse este año los 213 años de la Gesta Libertaria de la Revolución del 16 de julio de 1809, los artesanos y emprendedores paceños de esta calle felicitaron a toda la población que vive en el municipio paceño. “Como buen paceño viva La Paz. Estoy muy contento de ser paceño y seguiremos trabajando duro y parejo”, dijo el propietario de Luna’s Restaurant Coffe Pub, Tomás Luna.
Mientras Rocío Gutiérrez espera que la población salga a las calles sin miedo y sin pandemia. “Chukutas mil felicidades que todos la pasen bien, que festejemos muy bien y como decíamos que se reactive muy pronto la economía, que podamos salir de las casas sin ese miedo, sin la pandemia y volvamos a darnos un abrazo fraterno”, exclamó.
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