AMUN/27-04-23
La producción del cannabis para uso medicinal en Uruguay está regulada por el Estado, al igual que su consumo a través de medidas de restricción. El impulsor de la legalización y producción es el senador uruguayo, Diego Oliver, quien le contó este jueves al alcalde Iván Arias cómo se implementaron “fuertes niveles de control” del producto para este fin.
Entrevistado por Arias en el programa radial “El Negro en el Blanco de la Gente”, Oliver rememoró cómo en 2013, a través de una ley, se impulsó la investigación sobre los beneficios del cannabis para mitigar el dolor en pacientes afectados por enfermedades como el cáncer.
“A partir del 2013 creció la investigación de los principios activos de esta planta. Grupos de pacientes con enfermedades neurodegenerativas, con fibromialgia, afectados por cáncer, se han volcado al cannabis como una terapia complementaria que depende de un instituto regulador y de supervisión. Es un mercado reguilado con fuertes niveles de control estatal, participa la empresa privada, la sociedad civil y el Estado como garante de la política de salud”, dijo Oliver ante la consulta del alcalde Arias sobre cómo se implementó el uso del cannabis en su país.
Desde el Gobierno de Uruguay, Oliver fue el responsable de implementar la Ley 19172 de Regulación Legal del Mercado de Cannabis promulgada en 2013 y que cuenta con siete decretos reglamentarios. El proponente es licenciado en Trabajo y fue Secretario General de la Junta Nacional de Drogas (2016-2020), además de Presidente del Instituto de Regulación y Control del Cannabis (2017-2020).
El burgomaestre se mostró curioso por saber cómo la Ley 19172 no generó el aumento del consumo de esta droga en las calles. Oliver respondió que ese escenario no se ha producido dado que “el consumo problemático” de esa sustancia se da cuando la sociedad y los sistemas de salud “no hacen los esfuerzos suficientes para prevenir y tratar a las personas con este tipo de consumo”.
Según el senador esa realidad no se vive en Uruguay gracias a las medidas de control estatal en torno a la producción del cannabis medicinal, el cual solo se puede suministrar a pacientes con “prescripción médica”.
Dado que es un mercado regulado, la producción del cannabis medicinal en Uruguay permitió generar empleos en beneficio de especialistas del rubro como bioquímicos y farmacéuticos, quienes producen el cannabis medicinal con el uso de tecnología adecuada.
“Hay niveles de inversión, producir cannabis medicinal no es solo hacer crecer plantas, hay tecnología aplicada para el control de enfermedades de la planta, hongos, microorganismos que puede afectar la inocuidad de la planta, se produce de forma controlada, da trabajo a químicos farmacéuticos, genera empleos de calidad, hay países como Alemania, el caso de Israel, Canadá, Estados Unidos que tienen habilitado la producción y requieren importación (del Uruguay)”, reveló Oliver.
El senador uruguayo le confirmó al alcalde Arias que existe un 90% de aprobación del cannabis para uso medicinal en su país y que las Naciones Unidas eliminaron a esta planta de la lista de sustancias prohibidas debido a sus beneficios en la persona.
“A partir de las recomendaciones del análisis crítico de la Organización Mundial de la Salud, se determinó que una serie de compuestos del cannabis, que si bien tiene riesgos, tiene beneficios médicos que han sido corroborados en diferentes estudios y que hay que suministrarlo responsablemente”, añadió.
Arias es partidario del uso del cannabis para fines médicos dado que su madre experimentó intensos dolores a causa de un glaucoma. En su criterio, el cannabis es muy útil a los pacientes que padecen enfermedades críticas y que sufren intensos dolores, por lo que busca abrir el debate en Bolivia para implementar a futuro su consumo medicinal.
“No sabes lo que es aliviar el dolor, hay dolores insufribles y el cannabis ha logrado eso, por lo menos darle una muerte digna (a los pacientes terminales)”, dijo el burgomaestre al finalizar la entrevista en su programa radial.
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