Iglesia pide no seguir “malos ejemplos” de políticos, dejar el odio y perdón entre bolivianos

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El alcalde Iván Arias participó este jueves de la celebración del Corpus Christi en la Catedral Metropolitana. Foto: AMUN.

AMUN/16-06-22
El arzobispo de La Paz, monseñor Percy Galván, exhortó este jueves de Corpus Christi a no seguir “malos ejemplos” de algunos políticos, que generan “tanta confrontación”, “tanto dolor” y “tanto odio”, y clamó por el perdón entre paceños y bolivianos. A la celebración de la misa, por la festividad católica, asistió el alcalde Iván Arias, quien también pidió a la ciudadanía a una mayor “comprensión, paz y basta de odio”.

“Tengamos paciencia, seamos comprensivos y perdonémonos en nombre de Cristo, nuestro Señor; no sigamos los malos ejemplos de algunas de nuestras autoridades del mundo político, de tanta confrontación, de tanto dolor, de tanto odio; ¿acaso no nos une una misma cultura, una misma piedra, una misma fe, un mismo Dios? Queridos hermanos pidamos perdón”, afirmó el arzobispo Galván en su homilía y arrancó aplausos de la feligresía que asistió de manera masiva al templo mayor de La Paz.

Después de la sentencia a la expresidenta Jeanine Añez a 10 años de prisión, el viernes 10 de junio, por la “ocupación ilegal de la Presidencia” al amparo del caso denominado Golpe I, el relator especial de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Diego García – Sayán manifestó su preocupación por este hecho el martes 14 en su cuenta de Twitter, dado que el domingo 12 de junio, Evo Morales dijo en una entrevista en la radio Kawsachum Coca que la decisión de enviar a Añez a un juicio ordinario fue decidida por autoridades del actual Gobierno y dirigencia del Pacto de Unidad que es afín al Movimiento Al Socialismo.

El arzobispo de La Paz también pidió en la misa del jueves de Corpus Cristi a no ser “implacables con nosotros mismos” y exhortó al perdón entre bolivianos. “Perdonémonos a nosotros mismos, no seamos jueces implacables con nosotros mismos y de ese perdón que nos hagamos a nosotros, vamos a perdonar a la gente, vamos a perdonar a los hermanos y hermanos de nuestra familia que nos ha hecho daño y ese perdón va recorrer la sociedad, nuestra ciudad, país y el mundo entero”.

El alcalde Arias, que asistió a la misa del Corpus Cristi, afirmó que la celebración católica es familiar y es el momento para dejar el “odio” y avanzar a una mayor comprensión. “Este Corpus Christi es una celebración muy familiar, estoy aquí con mi esposa (Mercedes Butrón) y estamos pidiéndole a Dios que nos siga iluminando, con comprensión, paz y basta de odio”, dijo el alcalde de La Paz a los periodistas.

Arias, que lideró las celebraciones litúrgicas de Semana Santa, dijo que el Cristo resucitado está entre los bolivianos. “El momento en el que el Señor se vuelve al cielo, se presenta a la humanidad y nos dice vivan en paz y este es un mensaje de paz; Él nos expone su gloria después del Cristo resucitado y esa es la esperanza de que podemos hacer mejor las cosas y de que podemos reconciliarnos”.

En la solemne misa, el prelado afirmó que “reafirmamos nuestra fe a luz del Espíritu Santo, que Cristo está presente en medio de nosotros, en su cuerpo y en su sangre” pues “nosotros somos la Iglesia, así como somos el pueblo, cada uno tiene su importancia en la Iglesia, no puede faltar nadie dentro de la comunidad”.

Monseñor Galván dijo a los feligreses asistentes que no hay que esperar que todo lo hagan las autoridades en la ciudad y pidió contribuir con el orden y limpieza. “No esperemos que todo hagan nuestras autoridades, hagan las cosas que nosotros también podemos hacer. ¿Acaso no tenemos fuerza para colaborar en limpieza, orden, en el crecimiento, en el cuidado de nuestra bella ciudad de La Paz? Así también podremos sentirnos orgullosos de esta maravillosa ciudad”.

Después de la misa, el arzobispo Galván, el alcalde Arias y otras autoridades municipales lideraron una procesión que partió de la Catedral, ubicada en plaza Murillo, por las calles Bolívar, Ballivián, Ingavi, Montes, plaza Alonzo Mendoza, calle Figueroa, hasta la Basílica San Francisco.

Un carro alegórico transportó el Santísimo Sacramento por las calles señaladas al son de la Banda de Música Eduardo Caba. En algunos lugares se leyeron lecturas bíblicas, salmos y oraciones por la ciudad, el país y la paz en el mundo. Monseñor Galván impartió la bendición final en el atrio de la Basílica a los centenares de católicos que se dieron cita a la procesión, después de asistir a la misa.
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