AMN/21-06-21
Las autoridades de la Alcaldía de La Paz recibieron este lunes los primeros rayos del sol en el Mirador K’illi K’illi, allí celebraron el Año Nuevo Andino Amazónico 5529 y pidieron a la Pachamama y al Tata Inti fuerza, energía y salud para los paceños y los bolivianos en su conjunto, en plena tercera ola de la Covid-19 y la reactivación de la economía.
“Agradecer recibir los primeros rayos del sol para cargarnos de fuerza, energía y, sobre todo ajayu, para afrontar esta época de pandemia y los retos a nivel cultural, social económico y medio ambiental”, sostuvo el secretario municipal de Culturas, Rodney Miranda, a poco de recibir los primeros rayos de sol acompañado por otros secretarios municipales, subalcaldes, amautas, guías espirituales y vecinos de San Juan Lazareto Alto Miraflores y Villa Pabón, en la parte este de la ciudad de La Paz.
El acto se inició a las 06:30, cuando amautas procedieron a realizar el ritual de permiso y agradecimiento a los uywiris, wak’as, illas, ispallas, Pachamama y Tata Inti con el armado y quemado de una mesa de ofrenda.
Miranda dijo que en estos momentos tan difíciles que le toca enfrentar a la humanidad, conservar la buena salud es vital para enfrentar la vida y los desafíos que se tiene. “Pedí mucho trabajo, salud, pedir salud, que (la Pachamama) nos guie por los buenos caminos y llevar adelante una gestión muy eficiente como fue el compromiso del alcalde Iván Arias”, sostuvo la autoridad, a tiempo de reflexionar sobre lo importante que resulta promover el hermanamiento, dejar de lado los rencores y trabajar por el bien común.
Aproximadamente a las 07:40, los presentes recibieron las nuevas energías del Willka Tata con el acompañamiento de la música autóctona de la agrupación Sikus Wayra.
“Debemos continuar conservando los ecosistemas para que convivamos en armonía. Hacemos un llamado a todos para que cuidemos y protejamos nuestros recursos naturales, revivamos las llamas del amor”, añadió Miranda a los pies de la ofrenda compuesta por dos mesas, una blanca destinada a la familia y la salud, y otra de colores, que se ofrece para la prosperidad en los negocios.
Miranda también dijo que la celebración solsticio de invierno es para agradecer. “Estamos reunidos para revalorizar el Willka Kuti (retorno del sol o solsticio de invierno), donde lo principal este día es agradecer para cargarnos de fuerza, seguir trabajando por nuestro municipio y afrontar esta época de pandemia y los retos del ámbito cultural, económico, social y medioambiental”, dijo.
Explicó que con la llegada de los primeros rayos del sol en el Año Nuevo Andino Amazónico 5529 se cierra la temporada de cosecha y se inicia un nuevo ciclo agrícola que debe caracterizarse por irradiar las nuevas energías del cosmos. Recordó que los aymaras creían que el sol se iba por lo que había que hacer ofrendas y bailes para que retorne.
El secretario Municipal de Culturas hizo énfasis en que este nuevo tiempo debe orientar a la población a cuidar y preservar la Madre Tierra, a través de la práctica de valores fundamentales como el amor y la unidad.
“Debemos celebrar con alborozo, alegría y amor. Este periodo es propicio para recordar que somos hijos de la tierra, que debemos cuidar nuestro planeta y sus recursos, tener una práctica diaria de principios y postulados con miras a ser mejores personas, verdaderos artífices de la reconstrucción de la humanidad”, dijo Miranda.
La secretaria de Desarrollo Humano y Culturas del Concejo Municipal, Lourdes Chambilla, pidió a la Pachamama un año con buenas cosechas, salud y trabajo, ya que la pandemia de la Covid-19 no permite trabajar con normalidad.
“Quiero dar gracias a Dios, pedirle a nuestra Pachamama que nos vaya bien este año en las cosechas; que esta enfermedad se vaya, necesitamos trabajar, estamos casi dos años con la pandemia y no nos permite trabajar. Quiero pedirle a la Pachamama por nuestros enfermos que están en los hospitales”, dijo Chambilla.
La ceremonia ancestral comenzó desde las 05:00 en el mirador K´illi K´illi con el preparado de las mesas y las ofrendas conocido como waxt’a al ritmo de sikus y bombos que pusieron el tono musical a la jornada. Al finalizar el acto, un apthapi fue compartido con los presentes.
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