“El bebé que me vendiste está en mi barriguita”, doña Celia confecciona sueños

7
Doña Celia Tito Andrade en una foto de antaño en su puesto dentro de la feria. Foto: Familia Tito.

Tiene 71 años de edad y hace ropitas para bebés y muñecas en la tradicional feria de la Alasita

ESPECIAL ALASITA DEL BICENTENARIO

AMUN 21/10/25
Jackeline Lizeth Mamani Flores

Para muchos el deseo de tener un bebé en sus vidas es una alegría y bendición. Y, en ocasiones, esa esperanza es reflejada a través de las muñecas en miniatura, más en la tradicional festividad de la Alasita. ¿Cómo?

Cada 24 de enero, la feria de la Alasita en La Paz se llena de vida, creencia, tradición pero sobre todo, esperanza. En medio de puestos de miniaturas, figuras y amuletos, se destaca uno en particular, el de doña Celia Tito Andrade, una mujer con sonrisa cálida y manos hábiles, conocida por confeccionar ropitas para muñecas.

Doña Celia lleva más de 30 años realizando lo que muchos consideran una tradición indispensable para quienes desean tener un bebé en sus hogares.
«Hago ropitas para muñecas de todos los tamaños, desde las más chiquititas hasta las de tamaño recién nacido. Todo lo hago a mano, en lana y tela con palillo o a grosor», contó.

Esperanza

¿Qué hace a sus prendas tan especiales”, no es solo su destreza artesanal, sino el profundo significado que estas tienen para quienes las compran. “Lo que más se vende son los bebés, siempre les doy con su certificado de nacimiento, listas para ser acogidas por alguna familia», explicó Celia.

Las parejas que aún no tuvieron un hijo o aquellas que han perdido la esperanza, acuden a comprar una muñeca con ropa, creyendo que el ritual de vestirla y cuidarla traerá consigo la bendición de la fertilidad. «Algunas vienen con mucha fe y al siguiente año me dicen: ‘Caserita, el bebé que me vendiste está en mi barriguita’”.

La tradición de comprar estas muñecas no es solo una costumbre de La Paz, sino también en otros departamentos y países.

“Yo viajo a Potosí, Cochabamba, Sucre, porque las ropitas de bebé se venden en todas partes de Bolivia. En Cochabamba, por ejemplo, compran bebecitos grandes, porque la gente cree que un bebé más grande traerá más suerte», contó Celia a la Agencia Municipal de Noticias.

Así, las parejas que compran las pequeñas muñecas, no solo buscan una figura de plástico, sino un símbolo de esperanza y fe, algo que les recuerde que su deseo de ser padres pueda hacerse realidad.

«Es una tradición, una creencia, yo siempre les digo a mis clientes: ‘Me vas a recibir con fe y al año vas a venir con tu bebé’. El niño que compran, es el primero, luego la bendición viene por sí sola», relató doña Celia, con firmeza en la labor que realiza.

Certificado de nacimiento

Además, en su puesto, teje una infinidad de historias. Cada bebé que sale de su mesa con su certificado de nacimiento es una historia que se lleva consigo, un recordatorio de que en la vida, a veces, todo comienza con un pequeño acto de esperanza y para muchos, esa miniatura es el principio de un sueño que se convierte en realidad.

Celia Tito Andrade, una mujer de 71 años de edad sigue esta labor con dedicación, confeccionando con sus manos hábiles sueños, esperanza y sobre todo, creyendo firmemente en la tradición que remonta hace siglos, desde la época prehispánica, la Alasita.

«Aquí estoy, esperándolos con mis muñequitas, ropita y fe», invitó con una sonrisa, sabiendo que en cada visita que recibe, deja una huella de esperanza que perdurará hasta el siguiente año. Mientras, seguirá tejiendo sueños en cada prenda y miniatura que vende.
///

Deja un comentario