El Alcalde en el Mercado Lanza, un viaje entre demandas y realidades

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El Alcalde escuchó las demandas de las caseritas del Mercado Lanza. Foto: AMUN

Durante más de 40 minutos, las voces de las vendedoras resonaron con fuerza, cada una sumergida en sus propias preocupaciones, desde el aumento desmedido de los precios hasta el mal estado de las instalaciones.

AMUN /21-11-24

En una jornada marcada por la lluvia y la preocupación, el alcalde Iván Arias se adentró en el corazón del popular Mercado Lanza, donde más de una centena de caseritas lo esperaban con un cúmulo de inquietudes.

A través de su programa radial «El Negro en la Calle», el Alcalde pretendió no solo verificar las labores de limpieza que se realizaban en sumideros y cañerías, sino también escuchar de primera mano las demandas de las vendedoras, quienes enfrentan la dura realidad de este mercado.

“Estamos viendo precisamente la limpieza de la parte de abajo”, señaló Arias, mientras recorría los espacios inundados por la lluvia. Su visita se tornó en un ejercicio de cercanía, abriéndose un espacio para que las caseritas expresaran sin tapujos las dificultades a las que se enfrentan a diario.

Durante más de 40 minutos, las voces de las vendedoras resonaron con fuerza, cada una sumergida en sus propias preocupaciones, desde el aumento desmedido de los precios hasta el mal estado de las instalaciones.

Los ecos de la escasez económica se hicieron presentes de inmediato. Una caserita expresó la frustración por el encarecimiento de los alimentos: “La carne ha subido, el pollo está carísimo y la gente no puede venir a comprar”. Mientras el Alcalde escuchaba, el último grito de desesperación de las vendedoras se mantenía en el aire; un grito que se entrelazaba con el olor a humedad y desagüe que invadía el lugar.

“Nosotros necesitamos ayuda”, clamaron, mientras señalaban a su alrededor. El deterioro de la infraestructura era evidente: goteras, falta de iluminación y un hedor que se hacía insoportable.

“No podemos vender, los clientes ya no vienen y así, cómo se supone que sobrevivimos”, lamentaron. La falta de mantenimiento en los baños, especialmente en un tercer nivel que permanecía cerrado, también fue un punto de constante queja.

A medida que la autoridad continuaba su recorrido, las caseritas ofrecieron posibles soluciones. Pedían más que promesas. “Queremos que se nos respete”, decían, mientras instaban a una revisión más profunda de las condiciones que padecen.

“Nos han prometido muchas cosas, pero hemos estado esperando durante años”, revelaron, dejando entrever una desconfianza que es comprensible tras tantas decepciones.

La conversación no solo se centró en problemas estructurales. También hubo espacio para el deseo de avanzar de manera proactiva. Las vendedoras compartieron ideas sobre cómo podrían mejorarse las instalaciones, incluso sugiriendo la posibilidad de un gimnasio como un espacio para eliminar el estrés para quienes pasan largas horas en el centro de abasto

Sin embargo, entre los esfuerzos de diálogo, también saliva un sentimiento de abandono. Las quejas sobre la seguridad se volvieron urgentes, como un eco que revelaba el miedo de quienes, tras las puertas del mercado, se sienten vulnerables ante la delincuencia. Las propuestas caían una y otra vez en manos del Alcalde, quien asentía, prometiendo una y otra vez revisar la situación.

Las horas avanzaban y el programa «El Negro en la Calle” se acercaba a su final; sin embargo, la voz de las caseritas continuaba resonando en los pasillos del mercado. La conversación culminó en la esperanza de que, más allá de la visita, los problemas expuestos encontraran respuestas concretas y rápidas. «¡Esto no puede seguir así!», sentenció el Alcalde mientras miraba a las caseritas transmitiendo confianza en que se encontrarán las soluciones a los problemas.

A medida que el programa cerraba, el eco de las necesidades del Mercado Lanza se convertía en un recordatorio de que las voces de aquellos que invitan a un cambio real, al margen de la política cotidiana, necesitan ser escuchadas y, sobre todo, atendidas con urgencia.

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