La Paz/Las Cosas Claras.- Todos los paceños son testigos de que en la ciudad se pasa del frío extremo de invierno al sol penetrante y seco de verano. Aunque, sin importar la estación, las vías sufren deterioro permanente por el clima cambiante que caracteriza a La Paz; es decir, la ciudad y sus habitantes pagan derecho de piso por este lugar del mundo.

“El factor principal que deteriora la capa asfáltica es el clima de la ciudad. Lo que más perjudica son las bajas temperaturas de las primeras horas de la mañana o las altas temperaturas a mediodía que llegan hasta los 25 grados. Ante esto, hay mezclas asfálticas que se hacen con diferentes tipos de cemento que resisten estos inconvenientes”, explica la responsable de Costeo, Producción y Calidad de Obras de la Empresa Municipal de Asfaltos y Vías (Emavías), Claudia Endara.

Según el gerente Técnico de Emavías, Michael Escobar, por la altura de la urbe, la radiación solar hace que el asfalto sufra deterioro y envejecimiento. Por otro lado está la presencia de agua, que no es “buen amigo del asfalto”; por ejemplo, las lluvias que caen cada año generan nuevos baches, esto por el exterior de la vía; el otro inconveniente es el sistema de alcantarillado pluvial.

“Las precipitaciones pluviales, además de dañar la carpeta asfáltica, hacen que las tuberías de alcantarillado pluvial y sanitario se colmaten haciendo que estas colapsen, entonces el agua filtra por donde puede y afecta al paquete estructural de la vía, lo que ocasiona hundimientos y quebramientos en la carpeta asfáltica”, acota el secretario Municipal de Infraestructura Pública, Rodrigo Soliz.

El ciudadano aporta al deterioro

Soliz explica que el Gobierno Municipal cumple un cronograma de trabajos de mantenimiento de vías que permite identificar que los baches pueden ser generados por terceros, es decir por construcciones en el sector, circulación de vehículos de alto tonelaje, implementación y renovación de servicios, por ejemplo de empresas de energía eléctrica, gas, agua y otros, que en algunos casos no reponen el área afectada como se debería.

“También hay de terceros, por ejemplo en las zonas de abastecimiento de víveres, sectores con mucho comercio, ponen piedras, pican el asfalto para poner una ‘chiwiña’ (toldos de comercio) u otros elementos. Algunos vecinos eliminan la cuneta y el agua va por la vía, lo que la desgasta y finalmente se vuelve bache”, dice Soliz.

Hay actividades económicas como los lavadores de autos o espacios de cambio de aceite que también maltratan la vía. El mal acabado y la mala conformación de la vía son otros inconvenientes según la autoridad edil, pues en años anteriores se asfaltaba encima de adoquines, de empedrados y no importaban los desniveles del suelo, entonces con el tiempo, estos se deformaban, no había una conformación adecuada de la vía.

¿Cuándo se debe asfaltar?

El arquitecto urbanista Jorge Valenzuela dijo a Cosas Claras que se mejoró mucho la accesibilidad en varias áreas, por el trabajo de la Alcaldía en el mejoramiento vial, aunque se da prioridad a vías vehiculares.

“Las vías principales, troncales y conectoras necesariamente deben ser asfaltadas o con pavimento rígido, siendo este tratamiento el mejor para vías con pendiente. El empedrado y adoquinado suele no ser del todo aceptado por los vecinos; sin embargo, si está bien hecho, es un tratamiento muy eficiente para facilitar la circulación y para evitar el polvo”, agrega el profesional.

Actualmente, en todo programa de asfaltado o tratamiento de vías, el Gobierno Municipal realiza un estudio previo que verifica las dimensiones de la vía, en función de su ubicación y rol en la red urbana, proyectando el estacionamiento vehicular, paradas de transporte, pasos peatonales, aceras, áreas verdes, alumbrado, señalización horizontal y vertical, es decir, un trabajo integral, como el que se hizo en vías como la Aguirre Achá, Landaeta, Kollasuyo, Pando, Almirante Grau y otros.

Cazabaches contra los baches en la ciudad

La topografía de la ciudad, las altas pendientes, el alto tráfico vehicular y el material de arrastre compuesto por tierra y piedras que se genera producto de las lluvias, son algunos de los factores que influyen en la generación de baches y agrietamientos en las vías de la ciudad.

Para atender estos problemas, desde mayo de 2013, el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz tiene el programa de los Cazabaches, una unidad edil especializada que atiende diversidad de casos que se generan a diario en La Paz.

El coordinador de los Cazabaches, Juan José Flores, explica que la ruta de atención de este tipo de casos es a través de llamadas de los vecinos a la línea gratuita 114, por medio de notas que ingresan con hoja de ruta o, también, por diferentes programas televisivos que atienden quejas de los ciudadanos.

“El vecino nos tiene que dar la dirección exacta donde se encuentra el bache para que sea visitado por un inspector y así evaluar el tipo de bache, porque no sabemos si se debe a una filtración de agua, una tapa salida u otra cosa. El inspector determina qué tipo de caso es”, señala Flores.

Los Cazabaches solo atienden casos de deterioro en vías asfaltadas. Cuando se trata de rajaduras generadas por filtraciones de agua a raíz de cañerías que revientan, se deriva el caso a EPSAS para su atención integral.

En promedio se atienden más de 100 casos a la semana, incluso se llega a atender 25 casos por día. Las zonas más propensas a tener estas dificultades son Periférica y Sur.

Dos frentes de trabajo conformado por 10 obreros se despliegan a los sectores afectados con la maquinaria pertinente: compactadora, cortadora, sopladora y herramientas menores, entre otros.

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