AMN/28-09-21
El alcalde Iván Arias afirmó este martes que las movilizaciones de los cocaleros, seguida por la represión de efectivos policiales, provocaron daños a la propiedad vecinal y municipal, como la quema de viviendas particulares y contenedores de residuos sólidos, además de daños a la vía pública y jardineras.
“Los vecinos destinan anualmente parte de su POA (Plan Operativo Anual) para mejorar la zona, por ejemplo, para tener más basureros. Hoy los basureros se han vuelto en espacios de guerra, están quemados”, denunció el alcalde Arias.
También denunció que durante este conflicto, se sacan las piedras de las calles cercanas al mercado de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca), lo que provocó daños en las vías.
De manera preventiva la terminal Minasa continúa cerrada, desde el viernes 24, cuando el enfrentamiento entre movilizados y efectivos policiales se intensificó y provocó la quema de un módulo policial que se encuentra en inmediaciones del puente Minasa.
“Hemos pedido a la Policía que la resguarde porque ahí hay oficinas, hay algunas movilidades. Va a continuar cerrada hasta que terminen los conflictos, es un peligro. Los mismos choferes no quieren entrar porque imaginarse una dinamita o algo que explote ahí adentro puede ser peligroso”, reflexionó Arias.
Los enfrentamientos que ocurren entre cocaleros y policías también puso en riesgo la seguridad de los pacientes del Hospital Municipal La Merced, ubicada en la zona del mismo nombre y aledaña a Villa Fátima y Villa El Carmen, dijo la subalcaldesa Periférica, Evelin Gonzales.
“Cuando ha habido la represión, (los cocaleros) entraron al hospital (La Merced) y sabemos que estamos en pandemia y tenemos que cuidar también a nuestros enfermos que están internados”, contó la funcionaria municipal.
Gonzales también pidió a las autoridades gubernamentales solucionar este conflicto a la brevedad, ya que los enfrentamientos y sobre todo la represión con agentes químicos afecta a los vecinos de Villa Fátima, Villa El Carmen y La Merced. “No solo son personas mayores, sino también los niños quienes ven todos los días estos problemas hasta el día de hoy”, agregó la subalcaldesa.
Los cocaleros de los Yungas realizan protestas desde la semana pasada con mayor intensidad, después de la toma de la sede de Adepcoca por un dirigente afín al Gobierno y cuenta con apoyo policial que resguarda el edificio privado.
Según los vecinos, la represión policial y el uso excesivo de gases lacrimógenos provocó el lunes el incendio de un departamento ubicado en un edificio próximo a la sede cocalera.
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