Alcalde comparte almuerzo con lustracalzados y anuncia que buscará ayuda

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El alcalde, en almuerzo con los lustracalzados, este jueves.

AMN/ 29-07-21

El alcalde Iván Arias compartió este jueves un almuerzo con los lustracalzados y escuchó sus demandas. Después, suscribió el acta de asistencia en la que anunció que gestionará ante la empresa privada, organizaciones no gubernamentales y otras instituciones apoyo para refaccionar y poner en buenas condiciones la “Casa del Lustrabotas”.

“Me comprometo a gestionar ante la empresa privada e instituciones para que esta casa pueda volver a estar linda como antes; no podemos hacerlo directamente porque es una casa privada, pero vamos a trabajar para ayudarles a mejorar”, dijo el alcalde que fue ovacionado.

Para los lustracalzados, el 29 de julio, era un jueves como el resto de los días. Llegaron a su sede ubicada en la calle Inti Mayta Kapac y pidieron sus fichas, que se las entregan con el número de su garaje como le llaman ellos a su casillero, donde guardan sus autos (cajas de lustrar). 

En el pequeño e improvisado comedor con cuatro mesas antiguas, los comensales se acomodan a medida que reciben su almuerzo. Los que van llegando se ponen en la fila. Juan, saca de su bolsillo unas monedas y las cuenta. Son cinco bolivianos que servirá a para pagar su almuerzo. “Aquí es baratito pues, solo para eso ganamos”, dice y asegura que hay entre 70 a 80 comensales diariamente.

Su cólera Roberto que está en la fila dice que la pandemia ha golpeado duro también a este sector, porque ya las personas no se hacen lustrar porque significa un gasto. “Prefieren andar con sus zapatos sucios”, dice y se ríe. En La Paz y El Alto hay entre 3.000 y 3.500 lustracalzados, desde niños hasta personas de la tercera edad. Cobran dos bolivianos la lustrada.

“Aquí venimos unos ochenta compañeros, hay otros que ya no pueden llegar porque van a lustrar a Miraflores o Sopocachi”, afirma Ramiro Quispe, al sugerir que pueda haber este tipo de comedores en otras zonas, aunque la piensa, porque sabe que representa un presupuesto. “Mis colegas pagan diez bolivianos porque almuerzan en los mercados, porque venir aquí gastarían nueve bolivianos”, añadió.

Cuando menos se lo esperaban, ingresa el alcalde Iván Arias e irrumpe con un saludo ameno al almuerzo. Uno de los lustracalzados se levanta y se cuadra (como en el cuartel) y le dice: “A su orden mí querido Negro”. El Alcalde responde de la misma manera saludó a cada uno de los comensales.

La primera autoridad política de La Paz es recibida por el dirigente de la Federación de Lustracalzados de La Paz, Johnny Flores Sánchez, quien le dio la bienvenida y lo invitó a hacer un recorrido por las instalaciones de la casa administrada por la Fundación “Nuevo Día”.

Arias y Flores lideraron un recorrido por los ambientes del inmueble patrimonial e identificaron algunos destrozos. “Quisiéremos pedirle que nos ayude a arreglar el techo”, dijo el dirigente y también le enseña la situación de los baños.

El alcalde se sienta en una de las mesas en la que está Cinthia Quisbert, Gabriel Ticona y sus dos pequeños hijos, Neptahli y Grisey. Participaron de la mesa, la directora municipal de Transparencia, Amparo Morales, y el secretario municipal de Desarrollo Económico, Marco Agramont.

De pronto, aparece Carla Mamani, con una bandeja con el almuerzo. “Sírvase por favor señor Alcalde”, le dice y entrega la bandeja en la que hay una sopa de trigo, con segundo un saice con fideo, chuño p’uti y su zarza, acompañan su media marraqueta y refresco.

“Uta sopita de trigo”, dice el alcalde Arias, al llevar la cuchara a su boca. “¡Qué rico! Y, ¿así comen todos los días aquí?”, pregunta. Y Carla responde. “Sí señor Alcalde”, responde y le informa que la comida fue preparada por Santos Loza y Martha Dorado, que son los cocineros del comedor.

El almuerzo se vuelve ameno por la conversación con Cinthia, su esposo Gabriel Ticona. El que alegra la charla es Mepthali, un pequeño de tres años que es inquieto. El pequeño no se imagina con quién estaba hablando.

—           ¿Qué te llamas?, le pregunta Arias

—           “Neptahli” responde el pequeño

—           ¿Él es tu papá. Juega fútbol?

—           “Sí, él no juega fútbol, yo juego”

La conversación se hace amena porque el pequeño, que lleva puesta una chamarra que en la espalda tiene la inscripción de Futbolmanía, le cuenta que le justa pintar y jugar mucho. Arias está fascinado con el pequeño que es el alma de la sede de los lustracalzados, pero como Neptahli hay otros niños de diferentes edades.

El alcalde Arias se fija la hora y se da cuenta que es hora de ir a su programa radial, termina su comida y se para, pero antes de que se despida, Bernardo Mamani toma la palabra y le pide firmar el libro de actas en la que consta su visita.

“Señor alcalde nos sentimos muy contentos de su visita, es la primera vez que un alcalde nos visita y para nosotros eso es un orgullo”, afirma Mamani y es aplaudido por sus colegas, que se sienten contentos por tener entre ellos a la primera autoridad política de ciudad de La Paz.

“Voy a pedirle no los firme nuestro libro de actas”, dice. El Alcalde toma el libro y da lectura al acta y da su conformidad y le pone su firma, aclarando que, “me comprometo a gestionar ante instituciones privadas, organismos para arreglar esta su casa, pero como Alcaldía no podemos invertir dinero, pero cuando hay amor se puede conseguir todo”. Personal de la Alcaldía distribuyó galletas a los presentes.

Mario Quispe pide la palabra y el alcalde se la otorga. “Muchas gracias señor alcalde por estar aquí, nos sentimos felices de que haya compartido el almuerzo con nosotros. Necesitamos todo lo que está en el libro de actas y entendemos su apoyo, pero quiero pedirle que nos ayude con el tema de nuestros patentes, hay mucha gente que no puede regularizar sus patentes, debe multas”, afirma.

“No se preocupen en ese tema de los patentes desde el 11 de agosto corre el perdonazo para los patentes” pues “el perdonazo es para patentes, bienes inmuebles y vehículos”, agregó y en todo de broma les dijo: “pero ustedes no tienen vehículos”.

“Sí, tenemos”, dice Johnny al alcalde Arias y le muestra su cajita de lustrar con forma de vehículo y aprovecha para entregar en calidad de obsequio. “Ahora necesito mi garaje”, responde el alcalde y le recuerda que cuando era niño su mamá le enseñaba a lustrar calzados con la idea de que en algún momento ejercerá para ser autosuficiente. “Cualquier momento estaré sentado con ustedes, lustrando”, dijo. Después, Arias se despidió de los lustracalzados y les dijo: “Vamos a transmitir desde aquí un programa malditango”.

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