Este 24 de enero, la magia de los sabores bolivianos se despliega en cada rincón del Parque Urbano Central.
ESPECIAL ALASITA DEL BICENTENARIO
AMUN 21/01/2025 María del Carmen Tamayo Valverde
La Feria de la Alasita, tradición boliviana que da vida a la esperanza y la abundancia, no sólo destaca por su riqueza cultural y artesanal, sino también por su exquisita variedad gastronómica. Este 24 de enero, la magia de los sabores bolivianos se despliega en cada rincón del Parque Urbano Central, donde los expositores del sector gastronómico invitan a los visitantes a un festín que combina tradición, innovación y un profundo amor por la cocina.
El plato paceño encabeza la lista como el símbolo gastronómico de la feria. Su irresistible combinación de choclo dulce y tierno, habas frescas, queso frito dorado al punto perfecto, papas cocidas y un jugoso y suave asado de res, invita a disfrutar de un verdadero manjar. Rosa Torres Sánchez, orgullosa representante de la quinta generación en su familia que prepara esta delicia, relata con emoción: «El plato paceño es el alma de nuestra feria. Prepararlo es rendir homenaje a nuestras raíces y a las manos de nuestras abuelas que nos enseñaron a cocinar con amor».
Otra delicia culinaria que toma protagonismo cuando el sol empieza a ocultarse es el anticucho. Esta exquisitez es un espectáculo para los sentidos. Laura Montero, veterana de más de 40 años en el oficio, resalta: «El anticucho es más que un plato; es tradición y un sustento que ha sacado adelante a generaciones enteras. Ahora, con la innovación del ch’iti anticucho, que lo preparan mis nietitas, seguimos atrayendo a los más jóvenes».
Las dulzuras de la feria
El sector de masitas y postres es un paraíso de sabores y detalles. Pastelitos y tortas en miniatura, queques, empanadas y el emblemático besito de negro, un chocolate delicioso que conquista corazones, son sólo algunas de las muchas opciones. La que tiene preferencia por encima de las otras es el cachito.
Además de los deliciosos pastelitos están los tradicionales e infaltables churros. David Herrera Sánchez, quien lidera el icónico puesto de churros «El Gordito», asegura: «Cada churro que preparamos lleva el esfuerzo y la pasión de dos generaciones. Aquí, en la Alasita, los sabores se convierten en recuerdos imborrables».
Y para cerrar con broche de oro este recorrido culinario, no puede faltar el clásico api con pastel o buñuelo, un cálido abrazo al paladar que une generaciones. María de Pacheco, quien ha continuado la tradición de su suegra, comparte: «El api no es solo una bebida, es un símbolo de unión familiar. Cada vaso que servimos lleva décadas de historia y dedicación».
La peculiaridad de estas “caseritas” es el cariño con el que te llaman para que puedas ingresar a servirte el rico api o tojorí o los dos mezclados. Además te ofrecen una película de cartelera de la que puedes disfrutar mientras te sirves estas delicias.
La Feria de Alasita no es solo un lugar para comprar miniaturas; es un espacio donde los sabores cuentan historias y alimentan el alma. Este año, con más de 150 puestos de comida y un énfasis en la higiene, calidad y creatividad, los expositores esperan recibir a miles de visitantes.
¡No te pierdas la oportunidad de saborear estas delicias! Ven, degusta y llévate en el corazón los sabores de la Alasita 2025.
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