La “idea loca” de llevar marraquetas a la Expocruz permitirá vender todos los días en Santa Cruz

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La fila por adquirir marraquetas en el pabellón “La Paz en paz” en la Expocruz. Foto: AMUN
La fila por adquirir marraquetas en el pabellón “La Paz en paz” en la Expocruz. Foto: AMUN

AMUN/29-09-22
La “idea loca” de llevar la marraqueta a la Expocruz 2022 fue una sugerencia de la subalcaldesa de Max Paredes, Nathaly Solari, quien en tono de broma la propuso en una reunión preparatoria y que luego se hizo realidad hasta convertirse en un éxito de ventas en el pabellón “La Paz en paz” y que ahora será vendida todos los días en la capital cruceña.

“Esto viene de una idea loca. Recuerdo bien cuando estábamos viendo cómo armar el pabellón, con el secretario de Culturas y Turismo (Rodney Miranda) y la secretaria de Desarrollo Económico (Mónica Chuquimia). Hablábamos de llevar un pedazo de la ciudad de La Paz. Es ahí donde yo en tono de broma dije que se debe llevar el pan marraqueta”, rememoró la Solari este jueves durante el programa radial La Paz en paz y que es dirigido por el alcalde Iván Arias.

Dijo que inicialmente, creyó que era imposible concretar esta idea ya que se tenía que diseñar una estrategia para llevar el pan en el día para ofrecer un producto fresco y crocante a los visitantes de la feria internacional.

El primer paso fue contactarse con la panificadora, que en este caso fue la señora Francisca y su esposo que tienen muchos años de experiencia en esta labor y cuentan con un horno de panificación en el Plan Autopista.

El segundo paso fue planificar la forma de llevar el pan hasta la capital cruceña y, para ello, el hijo de los panificadores, Gery Quispe, junto con al subalcaldesa de Max Paredes conversaron con la línea aérea Amaszonas y se logró un acuerdo ya que el traslado tenía que ser los diez días de la Expocruz.

El pago a la empresa aérea la realizó el productor del pan y no la Alcaldía de La Paz como se rumoreó, afirmó Solari. De esa manera, desde el primer día de la feria, el 16 de este mes, las marraquetas comenzaron a trasladarse y luego a comercializarse en la feria cruceña. El primer día se enviaron 3.000 panes, luego subió a cinco mil, seis mil, siete mil hasta 15 mil el último día.

“Me puse un poco nervioso. Apenas llegué la gente estaba esperando y preguntando, ¿dónde está el pan marraqueta? Yo estaba instalando mis canastas y la gente preguntaba ¿dónde hacemos fila? Ya estaban esperando”, recordó Quispe al referirse al primer día de venta del pan paceño, en la noche del 16 de septiembre.

El alcalde Arias añadió que en la noche de la inauguración y tras la inauguración del evento, fue al sector de venta de las marraquetas y le informaron que el pan se había acabado. Por ello, en días posteriores la cantidad de los panes que se envió a la Expocruz fueron en aumento. “Ya para los posteriores días fuimos aumentando a seis mil y siete mil. Para los últimos días, jueves, viernes y sábado se llevó 11 mil y el domingo 15 mil panes”, dijo Quispe.

Mientras la gente compraba el pan, pedían que la venta sea permanente ya que extrañaban las marraquetas. Es así que se concretó el envío de las marraquetas hasta Santa Cruz para la comercialización diaria.

Para Solari, una de las razones del éxito de ventas del pan paceño es la calidad del mismo, ya que es un pan que no tiene bromato. “Muchos de los panes a nivel nacional tienen mucho bromato y la marraqueta les encanto en Santa Cruz porque no tiene bromato y es un pan saludable”, remarcó.

Durante las noches de la feria internacional, Quispe dijo que no tenía tiempo para nada excepto para vender las marraquetas ya que la población llegaba y hacía fila pacientemente hasta que llegue el pan y comience la venta. Sin embargo, también hubo momentos graciosos y anecdóticos.

Contó que uno de esos días, una señora le preguntó: “¿aquí es donde regalan cerveza?”. Extrañado, le respondió que no y que ahí de vendía marraquetas. “Ah ya, entonces véndame lo que cuesta una cerveza”, respondió la mujer en tono de broma.

La familia Quispe tiene trayectoria en la elaboración y venta del pan tradicional paceño, ya que sus abuelos de la línea materna comenzaron la elaboración de las marraquetas en un pequeño horno en la Av. Vásquez de La Paz.

“Luego se trasladaron a Achachicala a un lugar más amplio, y le enseñaron a mi mamá y a mis tías, luego mi mamá se casó y mi papá aprendió a hacer pan”, contó Quispe en una entrevista con la Agencia Municipal de Noticias en días pasados.

La Alcaldía de La Paz invitó a los panificadores a vender este pan en el Pabellón “La Paz en paz” de la Expocruz. Asimismo, participaron emprendedores y empresas, en un número de 98, de diferentes rubros en los stands que se instaló como parte de la representación paceña en la feria cruceña.
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