AMUN/19-02-22
Osita, la perrita rescatada por desnutrición extrema en la que se encontraba, ahora se llama Esperanza y representa la posibilidad que tienen las mascotas de ser recuperadas del maltrato humano y de tener una nueva vida al lado de sus nuevos dueños.
“Los dueños le pusieron Osita, pero nunca le han dado el trato que debería haber tenido. En la Casa de la Mascota hemos decidido ponerle Esperanza porque queremos dar esperanza a los animales, ya que ellos todavía pueden salir de un maltrato extremo y tener una segunda oportunidad”, sostuvo la jefa de la Unidad de Atención Integral de Animales y Zoonosis, Andrea Pinto.
Esta mascota fue encontrada en una vivienda de la Av. Apumalla, el 31 de enero de este año por la denuncia que realizaron los vecinos de este sector de la ciudad, a través de redes sociales.
Los funcionarios de la Casa de la Mascota se trasladaron a la vivienda y encontraron a Osita en una situación de extrema delgadez, junto con otra perrita llamada Sheyla. Ante esta situación de maltrato se pidió a la dueña que entregara a ambos animales.
En ese entonces Osita, una perrita criolla, de tres años de edad, color atigrado y tamaño mediano, estaba tan delgada que se podía ver los huesos de sus costillas y muslos a través de su piel.
“Fuimos solamente por Esperanza, por la denuncia que había en redes sociales, pero al ver que tenía una hembra más en el lugar se le ha pedido que entregue a ambos animales y la señora ha entregado de manera voluntaria a las dos hembras”, relató la funcionaria municipal.
Nueve días después del rescate, Esperanza subió más de cuatro kilos, de 10,3 kilos a 14,4 kilos y aún se encuentra en tratamiento. Cuando fue rescatada se le hizo un análisis de sangre que reveló una anemia severa, por lo que se le administró vitaminas, minerales; fue desparasitada en dos oportunidades porque “esta infestada de parásitos” y aun recibe calcio para fortificar sus huesos.
“Ha estado con fluido terapia, se le está aplicando también calcio ya que al haber estado en un estado de desnutrición, el animal ha tenido un poco de problemas con los huesos, con su dentadura, entonces se la está calcificando”, precisó Pinto.
Se prevé que el tratamiento continuará por unos días más, tiempo en el que se espera que haya recuperado su peso y pueda ser sometida a la cirugía de esterilización y luego de recuperarse de la operación esté preparada para ser adoptada.
Mientras que Sheyla de un año, de color café tamaño pequeño, también estaba desnutrida, pero su situación no era extrema. La perrita ya está totalmente recuperada e incluso ya fue esterilizada y está lista para ser adoptada por alguna persona o familia.
Actualmente, ambas comparten un canil en la Casa de la Mascota, ya que conviven sin ningún problema. No se conoce si Sheyla es su hija, hermana o simplemente compañera. “Esperanza está en el mismo canil (con Sheyla) y tiene un carácter muy dócil, se lleva bien con todos nosotros, la podemos sacar y los veterinarios están en constante revisión con la perrita”, relató la jefa de la Unidad de Atención Integral de Animales.
En días pasados, la dueña de estas mascotas firmó un “acta de compromiso” para no tener ninguna otra mascota en adelante y de esa manera se evitará que vuelva a incurrir en el maltrato como ocurrió con Esperanza y Sheyla.
Esta acción fue ejecutada por la Unidad de Atención Integral de Animales y Zoonosis el 9 de febrero, en el marco de la Ley Nacional 700 de defensa contra actos de crueldad y maltrato de 2018, y de las leyes municipales 239, 316 y su reglamento sobre animales de compañía.
La Ley 700 establece que las mascotas tienen derecho a ser reconocidos como seres vivos, a un ambiente saludable y protegido, a ser reconocidos contra todo tipo de violencia, maltrato y crueldad, y ser auxiliados y atendidos. En tanto que la norma municipal establece la tenencia responsable de los dueños de las mascotas que implica que los dueños deben ocuparse de la salud física y mental de sus animales de compañía.
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