AMN/17-10-21
En la Ruta del Oxígeno se puede respirar aire puro. Está ubicada en el Bosquecillo de Pura Pura. Es un sendero de tres kilómetros y se encuentra rodeada por eucaliptus, pinos y otras especies de árboles y arbustos, y señalizada con material plastimadera. La travesía necesita alrededor de dos horas y con descansos en bancas artesanales hechas con troncos recuperados en la misma área.
“Mire, estamos metiendo oxígeno puro, inhalo y exhalo aire limpio; aquí hay un bosque lleno de eucaliptos; se siente aire puro, al respirar se destapa la nariz, se destapa todo, muy lindo”, aseguró el alcalde Iván Arias cuando arribó al mirador Las Pacas, que está ubicado a un kilómetro del punto de partido de la Ruta del Oxígeno.
Arias, acompañado por su esposa, Mercedes Butrón, y el secretario municipal de Gestión Ambiental, José Carlos Campero, iniciaron el sábado la caminata a las 08:30. Ni bien hizo el corte de cinta en el inicio de la ruta, entrega provisional, comenzó a recorrer el sendero junto a una comitiva de 30 personas y con la guía del guardabosque René Moscoso, quien explicó a lo largo del trayecto las cualidades de la Ruta.
“El sendero tiene aproximadamente tres kilómetros de recorrido, ahorita nos estamos dirigiendo al Mirador La Pacas, en ese lugar la población podrá observar gran parte de la ciudad de La Paz”, asevera el guía. “Los eucaliptos fueron resultado del crecimiento que va desde 1948 que fueron sembrados por la Bolivia Railway Company (compañía Ferroviaria de Bolivia), pero también hay otras especies de plantas en todo el bosquecillo”, cuenta Moscoso.
“¿Dicen que el eucalipto no deja crecer otros árboles, no? Pregunta el alcalde. “Si, tienen un efecto en el suelo que hace que otras plantas no puedan desarrollarse, lo interesante aquí adentro es que hay unas plantas que han logrado desarrollarse, han aguantado este PH. También hay otros arbustos como t’olas, koas y keñuas”, responde Moscoso.
El recorrido continúa por una cuesta. “En los claros aparecen plantitas pequeñitas y chilcas al fondo”, dice el guía. ¿Dónde hay chilca? Pregunta la esposa del alcalde. “Allá al fondo”, responde Moscoso, mostrando con la mano los lugares. “La chilca es buenísima, antinflamatorio es pues para golpes”, asegura el burgomaestre.
“Estamos en la última subida al mirador”, dice Moscoso. “¿Realmente se respira diferente, no? Pregunta Arias. “Sí”, dice el guía, “el aroma, el olor, ahora que ha llovido un poco, hay olor a tierra y se siente una sensación”. “Realmente es muy gratificante”, asegura el alcalde. “Pero este sendero no es para personas mayores. ¿Esto, una persona mayor no sube, esto es para jóvenes, no?”.
Próximos a llegar al Mirador, el alcalde pregunta: “¿Aquí hay víboras o lagartijas?” Moscoso responde: “hay lagartijas y son nativas, en momentos muy cálidos aparecen”. Con la voz agitada por el cansancio y el calor del sol, el alcalde se da la vuelta y dice a los acompañantes: “ya están estirando la lengua” y le responden en coro: “sí”.
Después de unos 45 minutos de caminata desde el inicio de la ruta, las autoridades municipales, guiadas por Moscoso, llegan al Mirador Las Pacas. El alcalde destacó que “desde este lugar se puede apreciar el área verde, la ciudad de La Paz y de fondo el Illimani, es un espacio ideal para que las parejas y los matrimonios se tomen fotografías”.
“Estamos aquí en el Mirador Las Pacas. ¿Y todo está hecho con los mismos troncos?”, pregunta el alcalde, que observaba la plataforma artesanal construida con troncos recogidos en el Bosquecillo. “Todo está hecho de madera del mismo bosque que han caído de forma natural, en otros se ha hecho manejo forestal por parte del personal de Emaverde para seguridad de toda la población, en el recorrido”, explicó el guía.
“Estamos inaugurando el sendero del oxígeno, yo soy afortunado, pero yo creo que tienen que ser afortunados otras personas también. Este es un bonito paseo porque está pensado, por ejemplo, para parejas. Aquí, una foto de matrimonio, ¿te imaginas? Una foto con tu esposa, al fondo el Illimani, la ciudad y un manto verde. Esta imagen no la tenemos, es muy difícil de tenerla constantemente, en cambio acá, verde, ciudad, Illimani, vengan jóvenes”, dijo el alcalde a tiempo de invitar a la ciudadanía.
Tras permanecer unos minutos en el Mirador, Arias y el guardaparque Moscoso, retoman la caminata, pero esta vez ya en descenso. A medida de que la comitiva va avanzando al segundo kilómetro de la Ruta del Oxígeno, el guardaparque continuó explicando otros aspectos que hay dentro del Bosquecillo de Pura Pura.
“Estas plantas que tienen como plumas son indicadores de la existencia de agua, estas plantas también le dan nombre a barrios de nuestra ciudad, por ejemplo, las sewenkas le han dado el nombre a la zona de Següecoma. Aquí vemos las k’oas, a Koani o las achumas, Achumani. Las achumas son unos kactus en columnares grandes que tiene una flor grande, los vemos en mayor cantidad en el parque Gimnasio de Achumani”, afirmó el guía.
A poca distancia de la segunda parada, la comitiva cruza otro puente artesanal hecho de madera, con toda la seguridad. Se escucha el murmullo de las aguas que cruza el lugar. El alcalde observa por unos minutos y continúa avanzando.
Un conjunto de árboles gigantes de eucaliptos precede el lugar de descanso. La comitiva tuvo que refrescarse por algunos minutos del calor del sol, que en ese horario estaba en su plenitud. La caravana avanzó y finalmente llega al espacio que está habilitado para descansar y refrescarse por un breve tiempo, es el segundo kilómetro. El lugar fue aplanado para adecuar unas bancas artesanales fabricados de troncos de eucaliptos y colocados en forma circular. El alcalde se sienta en uno de ellos y junto a él, su esposa, con quien conversa sobre la visita y el lugar.
El respiro duró alrededor de 10 minutos y nuevamente la caminata se reanuda. En este tramo, se aprecia rutas del downhill, uno de los deportes más arriesgados que existen en el mundo y una de las modalidades del ciclismo de montaña que consiste en descender lo más rápido posible en una pista natural, que tiene obstáculos, que bien pueden ser naturales o también artificiales.
El alcalde y toda la comitiva se acomoda en las partes laterales para observar el paso de los ciclistas. Cada uno demostró diferentes acrobacias con saltos en ramplas preparadas. Los aplausos y gritos de emoción, se apoderan del momento, al ver cómo los ciclistas, sin temor algunos y con riesgo de caer, hacen saltos en bicicletas. Uno a uno pasa demostrando su destreza frente a las autoridades que se dieron cita en la ruta.
Casi al llegar a la tercera parada, se aprecia un lugar verde, los guías dicen que se trata de frutillas silvestres, no falta alguna voz que dice que “cuándo estarán listas para comerlas”, el guía responde y dice “para fin de año”.
Por fin, la comitiva llegó al tercer y último lugar de descanso. Se ven seis troncos de eucaliptos tendidos, Moscoso dice: “son asientos para los visitantes”. Todos se ríen incrédulos. El guía explica que el lugar fue habilitado para impartir alguna clase y que servirá para estudiantes que visiten la Ruta del Oxígeno. El alcalde no podía creer que los troncos tendidos eran para sentarse, pero tuvieron que hacerlo.
Con un pequeño acto, se inauguró el recorrido, donde Arias develó una placa hecha con material reciclado y destacó el trabajo realizado por las distintas unidades municipales. “Los sueños cuando se cumplen son realidades que alegran y esto hay que promocionar. Fíjense hemos descubierto acá está una tribu urbana que nos ha deleitado con bicicletas de montaña, felicidades”.
Luego la comitiva se dirigió a la Casa del Duende en el interior del Bosquecillo donde el guardabosque contó sobre la leyenda urbana del duende de la empresa Salvietti. Explicó que la Casa del Duende fue un depósito de carbón de la exEnfe y es un “sitio donde se ha hecho la germinación de todos los eucaliptus que estamos viendo alrededor”, sostuvo.
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