La Paz/AMN.- Entre junio y julio, en plena emergencia sanitaria, los negocios de venta de insumos de bioseguridad y gastronómicos surgieron en gran cantidad, con 2.250 licencias de funcionamiento. En muchos casos hubo la reconversión de actividades.
Cuando se desató la pandemia en marzo, varios propietarios de negocios no imaginaron el efecto económico que se generaría debido a la prolongada cuarentena y optaron por convertir su actividad regular en otra que se adecúe a las demandas de consumo, como ocurre con el barbijo, las máscaras de seguridad y los trajes, entre otros productos. Otros negocios se abrieron para expender comida, que es una necesidad por el horario limitado de circulación y aislamiento en casa.
El secretario municipal de Desarrollo Económico, Sergio Siles, informó que durante la emergencia sanitaria, la Alcaldía paceña registró 3.000 nuevas licencias de funcionamiento para diferentes actividades económicas. El 45%, es decir 1.350, son para la venta por mayor y menor de los elementos de bioseguridad.
“Principalmente, los microempresarios y artesanos que se dedicaban a la producción de textiles. Varios de ellos fabricaban chompas, camisas y han optado por realizar el trabajo y la conversión a la elaboración de barbijos”, precisó Siles.
El 30%, que equivale a 900, están vinculados al expendio de alimentos, como restaurantes, pensiones, venta de pollos al spiedo y otros. En este rubro muchos comercios eran antes de venta de bebidas alcohólicas.
El restante 25%, que equivale a 750, está dividido en actividades de multiservicios, financieros, seguros, servicios profesionales y técnicos. También están las empresas de delivery o entrega de alimentos a domicilio. Desde el 1 de junio rige en el municipio la cuarentena dinámica que reactivó las actividades productivas y comerciales.