Damnificados de mazamorra exigen respuestas inmediatas por parte de la empresa Kantutani

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El alcalde Iván Arias presidió la reunión de este domingo con los vecinos de Bajo Llojeta, junto al secretario Municipal de Resiliencia y Gestión de Vulnerabilidades, Juan Pablo Palma.

La situación es crítica, es momento de la acción.

22/12/2024

Herminia Layme de Chura, una de las damnificadas por la mazamorra ocurrida el pasado 23 de noviembre en bajo Llojeta, ha alzado la voz para exigir acciones inmediatas por parte de la empresa Kantutani.

«Vivimos aquí desde hace 35 años y nunca habíamos enfrentado algo así. Hace cuatro meses, cuando asumimos la directiva del barrio, solicitamos una supervisión debido a que las aguas ya estaban bajando turbias. Sin embargo, no recibimos una respuesta concreta, y ahora estamos lidiando con esta tragedia», manifestó Herminia.

Según las declaraciones de los vecinos, el deslizamiento no solo ha dejado a muchas familias sin hogar, sino que también ha expuesto la falta de planificación y respuesta por parte de la empresa Kantutani. «El 100% de la responsabilidad es de la alcaldía» dice la empresa, pero no es verdad. El viernes nos reunimos con el abogado de la empresa y nos confirmó que hay un proceso judicial, pero hasta ahora no hay soluciones reales. Llevamos más de un mes viviendo entre  agua y el lodo», afirmó doña Herminia.

Los damnificados planean tomar medidas urgentes ante la falta de acción. «Mañana queremos trasladarnos a terrenos vacíos de la empresa Kantutani para instalarnos con nuestras carpas, colchones y familias. Necesitamos un lugar estable para vivir mientras se busca una solución definitiva. Las familias han perdido todo, no tienen dónde cocinar ni dormir», agregó.

Las familias afectadas, que actualmente se encuentran alojadas de manera temporal en el albergue Illimani, hacen un llamado a la empresa Kantutani para que actúen con celeridad, implementen un plan de contingencia efectivo y prioricen las necesidades de quienes han quedado en situación de vulnerabilidad.

«La situación es crítica. No podemos esperar más notas, ni reuniones. Es momento de acción, porque cada día que pasa, más familias corren peligro», concluyó Herminia.

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