La capacidad de afrontar situaciones adversas conlleva una responsabilidad compartida.
AMUN/14-11-24
La Paz demostró en más de una oportunidad la resiliencia que tiene, puesto que ha sido capaz de afrontar emergencias complejas en más de una oportunidad hasta superarlas. Pero esta capacidad de superar la adversidad conlleva una responsabilidad compartida entre el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz y la ciudadanía.
Para el secretario Municipal de Resiliencia y Gestión de Vulnerabilidades (SMRGV), Juan Pablo Palma, “el tema de reducir el riesgo de construir una ciudad más bonita, una ciudad resiliente, definitivamente es responsabilidad de todos, no implica que nosotros nos lavemos las manos y le atribuyamos toda la responsabilidad a la sociedad civil”.
La autoridad reflexionó en sentido de que toda autoridad municipal también forma parte de la sociedad civil, es ciudadano y, por lo tanto, juega un rol dentro donde la educación y el cuidado de la ciudad deben primar.
“Yo trabajo coyunturalmente en el Gobierno Municipal, feliz por ello de trabajar con el alcalde Arias, pero también tengo rol de ciudadano, mis hijos, mi familia y la verdad el Gobierno Municipal ha puesto todo lo que tenía que poner: piel, alma, corazón y huesos para trabajar en este tema de las lluvias y evitar daños, desastres”, destacó la autoridad entrevistada en Fides.
En la historia de la ciudad hubo emergencias como la granizada de febrero de 2002 o el megadeslizamiento de Callapa de 2011 que solo se produjeron en un día. Palma se refirió a los 21 días consecutivos de lluvia extraordinaria de este año que pusieron a prueba la capacidad de la Alcaldía de afrontar la situación para reconstruir la ciudad después de los daños.
“Hemos estado expuestos a 21 días continuos de lluvia, ha sido palo, tras palo, tras palo, tras palo y hemos salido adelante, se ha respondido con todo lo que se podía hacer, no ha habido un momento, ni siquiera el día del Censo, que nuestro trabajo se haya detenido, con maquinaria, con obreros, en bóveda, en evaluaciones, instalando sistemas de monitoreo, mejorando el Sistema de Alerta Temprana, pero ahora toca al resto de la gente también contribuir”, reflexionó Palma.
¿Y cómo debe contribuir la ciudadanía? La respuesta está en las buenas prácticas ciudadanas, como no botar basura en las bocas de tormenta o escombros en los ríos que provocan la acumulación de material que es arrastrado por el agua.
“La basura sale de nosotros, hay un nivel de inconsciencia o de irresponsabilidad muy grande y también tenemos que trabajar en ello. Mientras más limpias estén las calles habrá menos riesgo de destrucción en los sistemas de drenaje pluvial. Mientras menos escombros haya en los ríos, menos posibilidades de que la zona Amor de Dios se vea afectada”, resaltó la autoridad.
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