En un rincón del mercado Lanza, perdura el legado gastronómico de doña Nicolasa
AMUN/18-10-2024
El plato paceño es uno de los manjares tradicionales más representativos de La Paz. La composición y preparación es sencilla. Esta delicia lleva vestigios de la historia y un gran simbolismo, ¿por qué?, salvó de hambre a toda una ciudad.
Antes solo tenía habas, choclo, papa y queso; luego, implementaron la carne asada de res. Su creación se remonta al levantamiento indígena de La Paz en 1781, liderado por el histórico personaje Túpac Katari, quién, junto a miles cercaron la ciudad durante varios meses creando el caos y el pánico entre los españoles.
Esa rebelión dejó aislada a la población sin la posibilidad de abastecerse de alimentos que procedían de las comunidades adyacentes. Algunas familias se abastecieron con habas, papa y maíz de las haciendas. Y la combinación de esos productos se complementó con el queso de leche de vaca.
Según las investigaciones de la escritora Genoveva Loza e información del libro “Mejor pelador de verduras” de Raúl Salmón, el plato paceño es considerado como el que salvó a toda una ciudad por la falta de alimento que se vivía en esa época del cerco.
¿Y ahora? Al recorrer el Centro paceño se puede encontrar diferentes lugares para degustar este delicioso plato, como el que prepara doña Nicolasa Cachi Vascas. Tiene más de medio centenar de años de experiencia en la preparación de ese platillo.
Tiene 86 años de edad, vende desde los 18. Es una de las comerciantes más antiguas que tiene el tradicional mercado Lanza. Doña Nicolasa ha dedicado una década de su vida a preparar el emblemático platillo de la actual sede de Gobierno.
Sabor que perdura
Doña Nicolasa, con una sonrisa refleja su pasión por la cocina, comenzó su trayectoria en el mercado vendiendo abarrotes. Con el tiempo, por la falta de más ingresos económicos, ofrecía pescados; luego descubrió su amor por la comida. “Yo preparaba rico, bien. La gente venía, era por el sabor”, destacó.
Con el paso de los años, logró no solo consolidar su negocio, sino también ganarse el amor y la admiración de sus clientes. “Hay quienes me envidian porque vendo todo lo que preparo. Vienen de bancos, de todo lado vienen, de los ministerios vienen, los abogados, doctores”, relató orgullosa.
Cada año, durante la festividad de Alasita, su puesto se transforma en un verdadero festival de sabores. En esa fecha, doña Nicolasa prepara más de 100 platos, encantando a los visitantes que llegan de otros lugares. “Hacemos con dos papas grandes, choclo grande, ahí encima ponemos asado bien jugoso, encima el queso y su llaguita con huacataya, cebollita, todo bien limpio”, contó
A su lado, su hija Ana, asumió el rol de las ventas, aprendiendo de la experiencia de su madre y aportando su propio estilo a la tradición familiar. “Mi hija viene ayudarme, pero también tengo mis nietitas que preparan junto a mí”, expresó.
Doña Nicolasa se convierte en un símbolo de perseverancia y amor por la cocina paceña. Cada plato que sirve refleja su amor; es una mezcla de tradición y esfuerzo. “No voy a dejar mi puestito, es una bendición de Dios, le agradezco”, destacó en entrevista con la AMUN.
Ubicación
El puesto de doña Nicolasa se encuentra ubicado en la calle 10 del tercer nivel del mercado Lanza. El sazón de sus manos alimenta cuerpos y corazones. El plato paceño se vende los días miércoles y sábado.
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