Desde la casa de Mariano Graneros, la calle Jaén o la calle Carcantía, que actualmente es la Sucre
AMUN/12-07-24
Para planificar la Revolución del 16 de Julio de 1809, los actores de tamaña gesta liderados por Pedro Domingo Murillo se concentraron en casas y calles poco transitadas y conocidas por las fuerzas realistas. El historiador Randy Chávez hace un recuento de algunos lugares históricos donde se gestó el Grito Libertario.
La casa de Mariano Graneros, conocido como “Chayatejeta”, fue una de las viviendas donde se reunieron los revolucionarios “en varias ocasiones”. “En la casa de José Ramón de Loaiza, que luego de la Revolución va a ser uno de los vicepresidentes de lo que va a ser la República, un personaje muy querido también, y en la actualidad esa casa que tenía, donde ha cobijado a Pedro Domingo Murillo, va a ser conocida como la Casa Museo de Pedro Domingo Murillo, pero en la realidad, en sus orígenes, es la casa de José Ramón de Loaiza”, describe Chávez.
Calle Jaen
Era conocida en esa época como “Cabra Cancha”, cuyo significado era “Mercado de Llamas”. En esta vía se reunían de forma disimulada por las características del lugar, donde se venían camélidos.
El investigador Carlos Gerl aporta otros datos sobre los lugares donde se concentraban los revolucionarios, como la vía Sucre, que por aquellos años tenía otro nombre. “La calle Sucre fue nominada como calle Carcantía en 1809, una toponimia aymara que dice que es un lugar de piedras, por eso se llamaba Carcantía. Y este sector, toda la calle Sucre, hasta lo que viene a ser la plaza Riosinho, que era la Caja de Agua, era poco transitada por esta dificultad de las piedras, así que los revolucionarios optaron porque esta calle sea la más visitada por ellos mismos”, rememora Gerl.
La planificación tuvo sus lugares específicos, pero el escenario principal del Grito Libertario fue la plaza Murillo, conocida como Plaza de Armas por aquel entonces, lugar donde los protomártires paceños fueron ejecutados, un espacio catalogado como “simbólico”.
“Tenemos ahí lo que es ahora la Academia de Historia Militar, que antes era el cuartel. Ese cuartel va a ser tomado en la Revolución, era el cuartel de los Chapetones”, destaca Chávez, a tiempo de señalar el Obispado de La Paz como otro edificio preponderante que en ese momento estaba ubicado frente al Hotel París.
“Ahí es donde Goyeneche va a salir al frontis, va a ser un lugar donde va a poder mirar la ejecución de los protomártires, es un balcón que había en ese lugar, una construcción antigua, que en la actualidad obviamente está el Obispado, pero en ese lugar estaba la Casa Antigua del Obispo, donde Goyeneche estaba mirando la muerte (de los revolucionarios)”, añade el historiador.
Calle Comercio
Gerl aporta con otro dato revelador: la calle Comercio fue el espacio donde más refriegas se produjeron. “Es ahí donde hubo más batallas, se hicieron trincheras y murieron muchos revolucionarios y también realistas. Esta fue la calle donde hubo más enfrentamientos sangrientos”.
Para tomar el cuartel general de los realistas, señala Gerl, cinco revolucionarios se concentraron en “el billar de graneros” situado en la plaza La Merced, donde se encuentra la iglesia del mismo nombre. Desde esa ubicación iban a ingresar a la plaza para atacar el cuartel.
Desde la Caja de Agua, la calle Sagárnaga, la explanada donde se edificó la plaza Alonso de Mendoza, la plaza Frías y otras vías adyacentes, los promotores de la Gesta Libertadora se organizaron para ingresar al centro de la ciudad aquel 16 de Julio de 1809, después de la procesión de la Virgen del Carmen.
“Es decir que estos lugares son estratégicos para el ejército revolucionario, en virtud a que el objetivo era tomar el centro de la ciudad”, añade Gerl.